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Sánchez ya tiene la mayoría absoluta para su investidura
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Sánchez ya tiene la mayoría absoluta para su investidura

viernes 21 de junio de 2019, 13:09h
Es la gran pregunta que queda por contestar: ¿Puede impedir Sánchez tener mayoría absoluta en su investidura?. De forma rápida: no puede. El presidente en funciones quiere ganar por goleada en el Congreso, y dos meses de silencio entre teatrales representaciones llevan a pensar que lo logrará. Busca 195 votos en el Congreso a la primera.

El camino es bastante más fácil de lo que se aprecia en los titulares de los medios de comunicación y en las declaraciones de los dirigentes políticos. El PSOE tiene sus 123 escaños seguros. Tiene los 42 de Podemos e Izquierda Unida que no pueden hacer otra cosa más que apoyar la investidura. Es lo mismo que van a hacer los 6 del PNV, y los dos que suman Compromís y PRC. Ya estamos en 173, a tan sólo tres de la ansiada mayoría absoluta que se requiere en la primera votación. Y aquí surge la pregunta del millón: sin negociar, sin ofrecer puestos y dádivas previas, ¿puede el líder del PSOE impedir que el Bildu de Arnaldo Otegui, a través de Oskar Matute, su portavoz, y el resto de parlamentarios vascos que consiguió la formación el pasado 28 de abril le apoye con sus cuatro escaños?. Ya está. Conseguida la aprobación del examen parlamentario.

Conviene y mucho recordar que Bildu es la segunda fuerza política en el País Vasco, con una cuarta parte de su Parlamento autonómico, muy por delante del PSOE, del PP, de Podemos ,de Ciudadanos y de Vox; que en Navarra, sus ocho diputados superarían a los 18 de NA+ si partiéramos por tres la coalición de la derecha; que en las elecciones municipales consiguió casi trescientos mil votos en Euskadi, con 930 concejales, más incluso que el PNV; y que en Bilbao, san Sebastian e incluso Vitoria su fuerza está muy por delante de la de los partidos considerados españoles tanto de la derecha como de la izquierda. Si la fuerza en democracia se mide en votos, los datos son claros.

Puede que la ambición del presidente en funciones vaya más allá, que busque y consiga, no la abstención de los 15 parlamentarios de ERC y los 7 de JxCat, no, sino su apoyo directo. Suma total: 195 votos a favor en el Hemiciclo para celebrar la llegada del verano y para enseñar ese triunfo por Europa. Tan sólo Felipe González consiguió más apoyos en el lejano 1982. Enfrente, los 155 escaños que representan a la concertada derecha.

Todo lo que ha hecho el equipo de Pedro Sánchez desde las pasadas elecciones generales ha ido encaminado en ese sentido. Tenía que hacer un obligado alto en el camino: el 26 de mayo y las elecciones autonómicas, municipales y europeas. Celebradas y negociados los acuerdos posteriores con bastante éxito para los socialistas - con el único e importante agujero de Madrid - el cierre de la fiesta electoral se lo ha reservado para mayor gloria de sí mismo.

Es ambicioso, obstinado, paciente y duro. Virtudes que en política compensan sus deficiencias. Ha sido capaz de convertir sus propias derrotas en triunfos. Y tiene una gran ventaja sobre sus adversarios: ha acabado con las resistencias internas en su partido, ha conseguido multiplicar los “puestos de trabajo” para los suyos en las distintas administraciones y está sabiendo mover sus apoyos y sus bazas en Europa. Más Francia con Macron y menos Alemania con una Merkel que está de salida. Puede que hasta consiga “guindas” de ese árbol inmenso que es Bruselas.

Cerradas todas las negociaciones autonómicas el resultado es el siguiente: Nueve autonomías tendrán un presidente socialista ( Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja y Navarra ); cinco lo tendrán del Partido Popular ( Andalucía, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Galicia y Murcia ) , y tres de partidos nacionalistas ( PNV en el Pais vasco, JxCat en Cataluña y PRC en Cantabria ).

Con estos datos sobre la mesa de Moncloa, Pedro Sánchez se va a permitir el lujo de que sean los llamados partidos radicales e independentistas los que le den su apoyo con el peaje de los simples gestos. Lo ocurrido en el Parlamento de Navarra con Bildu es una pequeña muestra. Como lo es lo ocurrido en Canarias y que ha llevado a Coalición Canaria a la oposición. Las propias declaraciones de Valls, por un lado, y las de Mariano Rajoy, por otro, indican que el actual inquilino de La Moncloa ya está manejando los hilos del poder con bastante eficacia.

Sean los que sean los apoyos parlamentarios finales, la Legislatura va a ser difícil y complicada. Y lo vienen siendo desde la última mayoría absoluta en las urnas del PP en 2011. España ha normalizado su vida política en relación al resto de países europeos. En Gran Bretaña hay una Gabinete “ en funciones” a la espera de que se despeje el liderazgo en el partido conservador. En Francia, Macron se ha quedado sin rivales claros, salvo Marie Le Pen que vuelve a soñar con llegar al Eliseo. En Italia gobiernan los que parecían imposibles de juntar en una suma, por los extremos que representan, y en continua lucha contra el poder comunitario de Bruselas y el BCE. Y al otro lado del Atlántico, un Donald Trump que parece encaminado a una segunda victoria, da un susto cada día, el último dando una orden de ataque contra Iran por el derribo de un dron que parecía lo que era, un espía del cielo.