www.cronicamadrid.com
La izquierda enseña sus cartas, falta la derecha
Ampliar

La izquierda enseña sus cartas, falta la derecha

jueves 11 de octubre de 2018, 13:44h
Ya sabemos lo que quiere hacer la izquierda de este país para los próximos años. El acuerdo firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es el mayor acuerdo de gobernanza que hayan consensuado las izquierdas españolas desde el inicio de la democracia hace 40 años. El PSOE y el resto de formaciones a su izquierda no lo habían logrado nunca.

Si se enumeran los principales puntos del acuerdo aparece a la vista que es todo un programa de cambio social tras los diez años de crisis y los otros veinte de políticas liberales llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos de José María Aznar, Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Desde la subida de las pensiones, hayan sido o no contributivas, a los mayores impuestos para las rentas y patrimonios más elevados, lo que plantean los líderes del PSOE y Podemos es un banderín de enganche para toda la izquierda de este país, tenga el nombre que tenga.

Cada uno de los puntos entra de lleno en la problemática de las clases medias y bajas españolas, aquellas a las que la crisis ha golpeado con más fuerza, y se dirige tanto a los jóvenes como a las personas mayores y con menos recursos. Entra en el tema de las pensiones y en las ayudas universitarios; en los alquileres desorbitados; en las horas extras que no cotizan a la Seguridad Social cuando ésta está bajo mínimos; en las listas electorales “obligando” a que sean igualitarias; en las ayudas a la dependencia; en los permisos por maternidad y paternidad... Se puede estar en contra y se deben plantear críticas y alternativas, pero ya hay un marco concreto para hacerlo.

La gran ventaja de la firma es el retrato de intenciones que hace. Algo que necesitaban los ciudadanos para alejarse de los ruidos asfixiantes de Cataluña, del comisario Villarejo y de los juzgados de la Audiencia Nacional. Las cartas de nuestra izquierda patria están sobre la mesa y habrá que exigir a la derecha que representan el Partido Popular y Ciudadanos que enseñen las suyas, que digan lo que ofrecen a la sociedad española si gobiernan y que analicen con rigor, seriedad y contundencia si lo que han firmado Sánchez e Iglesias es factible, asumible

y realizable.
Pablo Casado y Albert Rivera e incluso Santiago Abascal pueden seguir martilleando a los más que sufridos ciudadanos con el soniquete de la Cataluña independentista; pueden seguir pidiendo las dimisiones en cadena del presidente del gobierno y unos cuantos ministros y ministras; pueden lanzarse al cuello de la presidenta de Andalucía por los dineros de los ERES que fueron a parar a burdeles y juergas de algunos corruptos. Pueden y está muy bien que lo hagan.

Y al mismo tiempo deben ofrecer, punto por punto, una alternativa a la propuesta global y de carácter social que han enseñado el presidente del gobierno y el líder de Podemos. Están obligados a ello por salud democrática. Ese es el papel de la oposición y de cualquier dirigente político: criticar, denunciar, controlar...y ofrecer y plantear alternativas. En las pensiones y en el desempleo; en la educación y en los impuestos; en los alquileres y en la energía.

Ya estamos en plena carrera electoral pese a que sólo se hayan anunciado los comicios andaluces y estén pensando en qué hacer en Cataluña y en la Comunidad Valenciana. Desde la izquierda le han vuelto a coger con el pie cambiado a la derecha. Los “astutos” o “necesitados” Pedro y Pablo, que tanto da, han puesto en marcha un programa mirando a finales de 2019, que no quieren elecciones generales anticipadas ni aunque se las regalen. Oferta pensada para la mayor parte de la población, para la que va a ir a las urnas en el mes de diciembre y para la que lo hará a finales de mayo.

Es seguro que en estos tiempos electorales se van a suceder noticias impactantes de índole financiero, judicial y policial. Hay demasiado sumarios abiertos e investigaciones en marcha que afectan a nombres personales y jurídicos muy importantes. Serán la “espuma de los días”, que incidirá en los votantes pero menos que los ofrecimientos que ya les acaban de hacer.