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Rivera y Rajoy no tienen los problemas de Iglesias y Díaz
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Rivera y Rajoy no tienen los problemas de Iglesias y Díaz

miércoles 18 de enero de 2017, 12:37h
Ni el líder de Ciuadanos y el del PP encontrarán en sus respectivos congresos oposición a su liderazgo, no ocurre así en Podemos, donde Errejón y los Anicapitalistas quieren acotar el poder de Iglesias, ni en el PSOE, en el que Patxi López ha dinamitado las posiblidades de Sánchez, mientras Susana Díaz sigue sin dar el salto

Es el primero de la lista de Congresos que nos va a traer febrero y Albert Rivera lo tiene controlado y bien controlado. Se han presentado casi mil enmiendas a la posición oficial pero de todas ellas es muy difícil que se apruebe alguna que le pueda restar mando al líder de Ciudadanos. Rodeado de la eficaz y rocosa guardia pretoriana que forman José Manuel Villegas, Fernando del Páramo, María Castilla y Juan Carlos Girauta sabe que hoy por hoy la existencia futura del partido naranja pasa por su dirección.

La única cuestión que va estar sobre la mesa, de verdad, en el Congreso de la formación naranja en estos primeros días de febrero es el de la participación o no de algunos dirigentes en el gobiernos autonómicos y municipales que están en minoría y sostienen con sus votos. Tan malo o tan bueno parece entrar como quedarse fuera. Sólo el tiempo y las urnas lo decidirán pero pasar de 40 escaños a 32 en apenas seis meses y ver cómo quién se apropia de tus ideas y propuestas es el partido de gobierno, hasta hacer desaparecer tu imagen, no augura mejores tiempos y si una caía lenta y progresiva de los apoyos. Querer ser de centro y trasladar a los ciudadanos que votan que tu posición es la que puede permitir que no exista el bipartidismo, y que no sean los nacionalistas vascos y catalanes los que condicionen la acción del Ejecutivo, es difícil por la propia y demostrada tendencia de populares y socialistas a ocupar ese espacio.

El otro líder que no tienen ningún problema para mantener su posición de presidente del partido es Mariano Rajoy. En el PP el único debate abierto - superado ya el de las primarias que plantea con visión de futuro Cristina Cifuentes - es el de quién ocupará la secretaría general, hoy por hoy más cerca que nunca de que siga María Dolores de Cospedal tras su éxito moral y político en el espinoso tema del Yack y la herencia de Federico Trillo.

Rajoy tiene todo el poder. Nadie se lo discute, ni los críticos que en otro tiempo se acercaron a Esperanza Aguirre; ni el expresidente Aznar desde la ya independiente FAES. El presidente del Gobierno va a seguir liderando el PP y al final de la Legislatura, dure lo que dure, volverá a presentarse al frente de las listas del partido. Eso es lo que dicen los que le quieren y los que le critican. Unos y otros asumen que entre los populares no hay ni alternativa, ni sucesión. Y que los nombres que aparecen en los medios de comunicación, desde Soraya Sáenz de Santamaría a Núñez Feijóo pasando por Cospedal y Cifuentes, sirven para el divertimento y las tertulias y poco más.

En el lado de la izquierda aparecen otros factores, tanto en el PSOE como en Podemos. En el lado socialista Patxi López, con su candidatura, ha dinamitado las posibilidades, sí es que las tenía, de Pedro Sánchez. Y si éste se presentara al final tan sólo facilitaría la victoria de Susana Díaz. La presidenta andaluza esperará hasta el final, pero o da el salto o verá como el camino hacia La Moncloa, que comienza en Madrid, se cierra para ella.

El ex secretario general ya está sufriendo la sangría de los que le apoyaron, tanto en el País Vasco como en Baleares y Valencia. Su zona de influencia decrece por días, sin que aumente la de López. Los compromisarios al Congreso Federal partirán de sus autonomías con los votos bien dispuestos y con la misión de facilitar la llegada a Ferraz de la mujer que ha crecido a la sombra de Chavez y Griñan pero a los que ha sabido dejar en la cuneta cuando ha sido necesario.

Si en el PSOE se lucha por el poder y por el liderazgo, lo mismo ocurre en Podemos. Ya se discute el nombre de Pablo Iglesias y desde Iñigo Errejón a Urban, Rodríguez y compañía lo que desean - desde posiciones y programa distintos - es cortarle la posibilidad de un liderazgo piramidal de arriba abajo. Secretario general sí, pero con una Ejecutiva o Consejo que le controle. Vamos que se limite a ser el rostro y el portavoz de las opiniones colectivas, algo a lo que el hoy líder no está dispuesto.

Errejón quiere estar en el territorio del centro político y disputárselo al PSOE, mientras que Miguel Urban y los Anticapitalistas quieren cambiar el modelo por completo. Ir a una especie de mini asamblea permanente que sea la que tome las decisiones. Lo que une a los dos es el deseo de limitar el poder del número uno, sea quien sea.

Los dos Congresos, el de la rosa y el círculo morado, van a dibujar las posibilidades de la izquierda española para llegar al poder, contando con que en las próximas elecciones mucho tienen que cambiar los tiempos y las circunstancias para que el PP no sea el más votado, incluido el voto útil que se pedirá a los seguidores de Ciudadanos llegado el caso. PSOE y Podemos, no PSOE y Ciudadanos, sólo conquistarán La Moncloa si suman sus fuerzas y sus votos. Ese es el gran argumento de Rajoy para presentarse como la única alternativa a una España que podría "estar sin control y en manos de los extremistas". El miedo y la incertidumbre son los mejores slogan de campaña.