Los residentes en la zona han denunciado las molestias de ruido y malos olores que estaría provocando, según dicen, esta empresa siderúrgica
La Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha inspeccionado la empresa siderúrgica Corrugados de Getafe por las molestias de ruido y malos olores denunciados por los vecinos de la zona y tras el compromiso alcanzado el pasado mes de marzo con el Gobierno Municipal.
Según ha informado este martes el Ayuntamiento, en esta inspección se ha realizado una valoración de ruido en zona industrial en continuo con un sonómetro situado en el Centro de Empresas, así como mediciones puntuales en puntos colindantes con el perímetro de la fábrica.
Al mismo tiempo, se ha realizado una inspección sobre la actividad que se está realizando en Corrugados con el objeto de valorar el cumplimiento de la autorización ambiental integrada (AAI), que otorga la propia Consejería de Medio Ambiente.
El Gobierno municipal ha solicitado a la Comunidad de Madrid conocer los resultados de dichos trabajos lo antes posible y ha exigido que este tipo de mediciones se realicen también en zonas residenciales para que se pueda comprobar de primera mano el impacto en los vecinos de los barrios cercanos.
Igualmente, el Gobierno Municipal ha reiterado la instalación de una estación de medición de emisiones en continuo en el barrio de Los Molinos, dentro de las medidas de control en cuanto a la fábrica Corrugados.
Por último, han señalado que continúa pendiente por parte de la Comunidad de Madrid verificar las medidas correctoras que debía haber adoptado Corrugados tras superar ligeramente la emisión de partículas contaminantes durante los meses de abril a junio y agosto de 2015.
El Gobierno Municipal ha reiterado que si dichas medidas no se han llevado a cabo se sancione a la empresa siderúrgica.
El Ayuntamiento de Getafe firmó en 2006 un convenio con Corrugados para que se trasladase al polígono de La Carpetania donde iba a triplicar sus instalaciones, ya que los vecinos del entorno de Juan de la Cierva se habían quejado de ruidos y malos olores procedentes de la fundición desde hacía 15 años.
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