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Mucho ruido y los nacionalistas vuelven a decidir
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Mucho ruido y los nacionalistas vuelven a decidir

martes 26 de enero de 2016, 14:25h

Dos vueltas de tuerca a los pactos. División en el seno de los dos grandes partidos. Reparto de carteras ministeriales sin tener todavía presidente. Mucho ruido y todo para que sean los nacionalistas catalanes y vascos los que tengan en su mano decidir quien gobierna en España.

Pablo Iglesias quiere ser vicepresisente y aportar varios ministros a un Gabinete presidido por Pedro Sánchez. Es tan osado, tan malvado, tan soberbio, tan inexperto o tan maquiavelico que va y lo cuenta sin esperar a nadie. Albert Rivera quiere ser vicepresidente con Mariano Rajoy y aportar algunos ministros y es tan prusente, tan tranquilo, tan humilde, tan correcto que va y se calla. Mientras critíca a todos y habla con todos.

123 escaños a los que sumar 40 por un lado, y 90 a los que sumar 69, 2 y 2 por otro. Empate a 1)3 entre la derecha de PP y Ciudadanos; y la izquierda de PSOE, Podemos, IU y Bildu. Empate con ventaja de ser el más votado para Rajoy si se llegara a una segunda votación h se a stubieran los 24 que quedan fuera de esa suma. Y quien son esos parlamentarios: los 9 de Esquerra, los 8 de la antigua Convergencia, los 6 del PNV, y el 1 de Coalición Canaria. Todos nacionalistas y dispuestos a " vender" sus apoyos al mejor postor por mucho que hayan dicho en estas semanas lo contrario.

Volvemos a estar como siempre. Mejor dicho, el PP y el PSOE vuelven a estar como siempre. Prisioneros de lo que se decida en Barcelona o en Vitoria. Fueros, fiscalidad, ventajas estatutarias, historia, cultura, capacidad para decidir...dinero y diferencias dentro de una España que esâ más que cansada de esas mismas diferencias por mucha historia que se le quiera poner encima.

Rajoy y Rivera, al igual que Sânchez e Iglesias tendrán que hablar con Junqueras, con Mas y con Urkullu si quieren sentarse a gobernar. Eso si no les " matan" en sus propios partidos o se declaran incapaces, arrojan la toalla y vamos todos a otras elecciones. También podemos estar sin gobierno elegido y dejar que a la vuelta de las vacaciones de verano juntemos unas nuevas elecciones generales con las vascas y las gallegas. Sería una forma de ahorrar.