Alberto Garzón, el de las dos vidas

Siempre a caballo entre la política y la economía, a las que como buen marxista heterodoxo casa por lo civil con tantos padrinos como autores leídos en esa juventud que le pertenece, Alberto Garzón nace en La Rioja de su madre pero crece en la Andalucia de su padre. Y es en el colegio dedicado a la memoria de Ben Al Jatib y Al Andalus donde comprende que su futuro va a estar regido por dos vidas de igual manera que lo estuvo el poeta y gobernante árabe: como economista quiere acabar con el pensamiento único que domina el capitalismo del siglo XX desde que la escuela de Chicago y Friedman cogieron la batuta del Imperio; y como político no duda en señalar como moribunda a la socialdemocracia europea que acepta las decisiones del FMI, del BCE, del BM, del CEC, de la FED y de ese montón de siglas tras las que se esconde el auténtico poder de decisión en el mundo globalizado en el que ha crecido. Con su antiguo asesor, Pablo Iglesias, convertido en canibal competidor tiene la difícil misión de rescatar al PCE de sus cenizas y de impedir que la esclerosis electoral deje a Izquierda Unida arrumbada en el camino de cambios que espera a España.