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Los tres capitanes que estorban a Florentino


Las venganzas en el fútbol español se exponen cada día en los medios de comunicación. Lo estamos viendo en los dos grandes clubs de la Liga. En el Barcelona ha reaparecido Joan Laporta para disputarle la presidencia al imputado Josep Maria Bartomeu y, de paso, tomarse cumplida cuenta de las afrentas de éste y de Sandro Rosell, a los que acusa de acuchillarle por la espalda. Nada que no se haya vivido en la capital del Reino y con mucha mayor intensidad. Si en la Ciudad Condal vuelan los cuchillos, en la Villa y Corte las lanzas se cruzan en el Bernabéu y en la Ciudad Deportiva del Real Madrid y todas apuntando a tres de los cinco capitanes del equipo de fútbol. Las manejan con precisión mediática José Ángel Sánchez y Manuel Redondo - con ayuda de algún que otro experto en comunicación que apoya desde los grandes comedores de la capital y muy bien relacionado empresarialmente con la Directiva - pero los que fijan los objetivos son el presidente Florentino Pérez y el ex- entrenador José Mourinho, la voz que susurra cada semana en los oídos del " ser superior" los males del vestuario desde Gran Bretaña.

El portugués no perdona, ni olvida; y el madrileño ni olvida, ni perdona pero espera su tiempo. Florentino tiene la paciencia impresa en su ADN y sabe que nadie que no tenga diez mil millones de euros respaldándole le va a disputar la presidencia. Se ha blindado por los siglos de los siglos y todo el que estorbe tiene los días contados. Y los que estorban hoy son tres capitanes: Iker Casillas, al que desearía no ver en el club desde hace muchos meses; Sergio Ramos, al que no va a tolerar que se convierta en la nueva referencia de la oposición a sus deseos empresariales; y Cristiano Ronaldo, del que está más que harto de su arrogancia y al que sólo su enorme ficha le mantiene en el club.

El presidente del Real Madrid sabe que a rey muerto, rey puesto, que para borrar a Casillas necesita un nuevo símbolo en la portería que, además lo sea en la selección que dirige Del Bosque. Para eso no le servía Keilor Navas pero si David de Gea. Lo mismo le ocurre en la defensa: borrar a Ramos exige una previa condena pública y monetaria del sevillano y luego recambios aparentes. Hoy por hoy ni Pepe, ni Varane cumplen con esa condición. Por eso busca un central que " enamore" a los aficionados. Por último está Cristiano. El delantero busca todos los récords del club pero está en los años de caída. Su máximo valor en el mercado es este año. A partir de 2016 la edad empezará a pasar factura en los números . Eso lo conocen al dedillo en las oficinas de Concha Espina.

¿Qué hacer?. El inquieto y multipolar cerebro de Florentino tiene la respuesta, que para eso están los contactos entre los grandes del fútbol mundial: Intentar matar dos o tres pájaros de un solo tiro y en el mismo campo, el del Manchester, el club en el que está De Gea y en el que estuvo Cristiano, el club rico con millones para invertir en nombre y en títulos, el club que puede acoger de un golpe a los tres capitanes que le " sobran" a Florentino. Es una partida de póker descubierto, con todas las cartas sobre la mesa. Y a la que pueden sumarse otros jugadores, lease clubs que intervengan con operaciones cruzadas. Ni Casillas, ni Ramos, ni Ronaldo quiere irse. Hay muchos millones en cada una de las apuestas. Al final ganará Florentino pues seguirá de presidente cuando los tres futbolistas se hayan ido, salvo que algún imprevisto empresarial le amargue la fiesta antes de empezarla.
Los tres capitanes que estorban a Florentino