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Felipe González, al rescate de la oposición venezolana

Que el hombre que estuvo a punto de entrar en la cárcel acusado de ser la X de los GAL y de la guerra sucia en España sea "contratado" por Estados Unidos para tratar de salvar a la oposición extremista venezolana tiene gracia, sino fuera porque las ansias de poder (y de dinero) del ex presidente del Gobierno solo merece parangón con la misma actitud que tiene su colega José María Aznar, que se pasa la vida dando lecciones de excelencia política después de haber dejado que en su casa, el PP, se organizase la "caja B" durante veinte años, es decir desde 1996 en que él llega al poder, tanto en el partido como en el Gobierno.

También parece olvidarse Felipe González de que su "califato" acabó con la aparición de la mayor red de corrupción política y empresarial que se recuerda en España hasta que apareció la del PP. No se habla de que su gobernador del Banco de España acabó en la cárcel, ni en el robo masivo de los fondos reservados para llenar los bolsillos de sus ministros y altos cargos.

Felipe González ha contado ya que ya le ofrecieron convertirse en mediador entre la oposición y Hugo Chaves, pero que ya les dijo -se supone que a la CIA norteamericana- que el presidente no lo iba a aceptar alegando su amistad con el ex presidente Carlos Andrés Pérez, que fue el que llevó de verdad a Venezuela a la ruina. Eso sin hablar de sus intermediación para que el magnate venezolano, Gabriel Cisneros, adquiriera Galerias Preciados.