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Pedro Sánchez se desinfla y Susana Díez ni lo intenta

Cada semana política que pasa están las cosas más claras: el PSOE sigue en caída libre y su nuevo líder Pedro Sánchez se desinfla, poco a poco, pero se desinfla. Los militantes y simpatizantes del PSOE se decantan cada vez más por la opción que representa Pablo Iglesias al que ven como un nuevo Felipe González cuando todavía usaba el nombre de guerra de “Isidoro” y merendaba tortilla con su clan en Sevilla. Si en el PSOE hubiera habido amplitud de miras políticas -cosa que ha faltado también en el PP y en IU- le hubieran propuesto a Iglesias que se convirtiera en su nuevo líder. Hubieran arrasado en las próximas elecciones. Así, ahora, tienen que contentarse con que la vieja militancia socialista saque fuerzas de donde ya queda poco que hacer.

La otra “esperanza” socialista, la presidenta andaluza, Susana Díaz, a la que antiguos dirigentes del PSOE y una parte de los medios de comunicación han alentado a presentarse frente a Sánchez, no se atreve a dar el paso porque seguramente sabe que tampoco conseguiría remontar nada las encuestas y su carrera política, que acaba de comenzar de verdad, se hundiría en el olvido más absoluto.

Si Pedro Sánchez consigue superar las elecciones municipales y autonómicas de mayo, será por los pelos y un verdadero milagro, pero no parece que vaya a tener un recambio por parte de Susana Díez que prefiere jugarse su carrera a las elecciones andaluzas y no a la presidencia del gobierno español.