Rosendo: "Estamos hartos de tanto chorizo y mamoneo"

Rosendo: "Estamos hartos de tanto chorizo y mamoneo"

lunes 01 de diciembre de 2014, 13:52h
El rockero de carabanchel Rosendo Mercado publica este martes el directo que grabó el pasado mes de septiembre ante 17.000 incondionales en la plaza de toros de Las Ventas, toda una "fiesta" que de alguna manera contrasta con la situación del país. "Yo siento como siente el 90 por ciento de la gente currante que vive en un barrio de Madrid y ve lo que está pasando. Estamos hartos de tanto chorizo y mamoneo".

"No puedes levantarte por la mañana y estar todo el día envenenado, tienes que hacer tu vida, pero cuando te paras a pensarlo te enfadas", añade Rosendo, para después denunciar "el descaro con el que se han llevado el dinero del país y se lo han gastado a lo tonto". "Y ahora que hay que apretar apretamos a los de siempre, a los que trabajan por 400 euros al mes. Nos han comido la cabeza para comprarnos pisos por narices, nos dan el dinero, y cuando no lo puedes pagar te lo quitan", apostilla.

En esta línea, después de haber tocado en Londres este mismo sábado, Rosendo recalca que es "doloroso comprobar que los chavales con estudios tienen que irse fuera porque aquí no tienen salida", al tiempo que resalta que, desde su punto de vista, "la política es el arte de engañar a la gente, a diferentes niveles".

Así, sobre la irrupción de Podemos dice que "cualquier otra opción que no sea la ya conocida es buena hasta que se demuestre lo contrario". "De lo que hay que conocemos no me quedo con nada, he votado a quien he votado en el pasado pero ahora no lo haría. Si los nuevos se equivocan, cuando llegue el momento habrá que decir también que no a eso. Necesito que pase algo, tiene que haber un cambio y que esto no reviente con un majara que se levante una mañana con el día cruzado y monte el pollo", subraya.

"EL CONCIERTO DE MI VIDA"

Pero más allá de cuestiones políticas, Rosendo es un músico que hace música, y que después de 40 años de trayectoria decidió celebrar esa gran fiesta en Las Ventas, al principio con bastante miedo por la magnitud del reto. "Yo no lo habría hecho, les dije que estaban locos", dice entre risas, para después admitir que se habría sentido "satisfecho" con congregar a "8.000 o 10.000 personas para que no se viera vacío. "Cuando un mes antes me entero de que estaba agotado, aluciné", confiesa.

"La gente vino con ese empeño de hacer una fiesta con Rosendo. Yo lo que quería era ganarme la vida tocando la guitarra y lo estoy haciendo, no voy más allá. Fue un día irrepetible, el concierto de mi vida, y ya no me atrevería a hacerlo otra vez, por si acaso sale peor", asegura risueño, para después agregar que "quizás técnicamente no fue el mejor de la temporada, pero sí fue irrepetible por la energía que se generó".

Con su habitual humildad, Rosendo echa balones fuera cuando se le menciona como ejemplo de honestidad, asegurando que "nadie sabemos lo honestos que son los demás", aunque sí admite que él intenta serlo "y crear siempre buen ambiente". "Para mi es algo tan normal que no hay que ponerlo como ejemplo. Las cosas deberían ser así", apostilla.

Quiera ser ejemplo o no, lo cierto es que en Las Ventas contó con amigos invitados ilustres como Fito, Miguel Ríos, Luz Casal, El Drogas, Kutxi Romero y su hijo Rodrigo. Todos ellos acudieron a su llamada para honrarle y formar parte de la fiesta. "Fito decía que en su vida se había puesto tan nervioso, cuando está más que acostumbrado a tocar ante mucha más gente", recuerda Rosendo con orgullo.

Añade, además, que cuándo él empezaba con 17 a tocar en el grupo Fresa, ya hacían versiones de Miguel Ríos. "Ya me gustaría llegar a los 70 años con la soltura que tiene él", dice soltando una sonora carcajada, para después recuperar su gesto serio y reiterar que salió "encantado" de Las Ventas y revelar que le costó "varios días" bajarse de la "nube" porque no entendía nada y el concierto le superó "a todos los niveles".

REUNIÓN TRUNCADA DE LEÑO

Un concierto que podría haber sido aún más especial, si el bajista de Leño, Tony Urbano, no hubiera fallecido repentinamente el pasado mes de agosto, apenas un mes antes de la cita en Las Ventas. Porque Rosendo ha desvelado que le había llamado tanto a él como al baterista Ramiro Penas, para reunir por un momento al trío Leño, banda icónica del rock español en la que Rosendo se fogueó a lo grande antes de iniciar su trayectoria en solitario en 1984.

"Había llamado a Tony y Ramiro y la idea era que no se enterase nadie y salieran a tocar 'Maneras de Vivir'. Se lo dije un mes antes y me dijeron que sí, pero Tony estaba ya tocado. No sabíamos que iba a ser tan inmediato. Estaban ilusionados, porque Ramiro vive en Valencia y Tony vivía en Tarragona y habían quedado para tocar juntos", relata el músico con voz emocionada.

Tras admitir que el fallecimiento de Tony fue un "descoloque total", Rosendo decidió tocar una vieja canción de Leño, 'Se Acabó', con su guitarra acústica a modo de homenaje. "Fue un momento íntimo. Cuando llega ese momento en el DVD se nota que la gente se emociona y a mi se me llegaron a saltar las lágrimas", apunta, ante de verse obligado a dar un trago a su botella de agua.

Y ya sea en solitario o al frente de Leño, lo que está claro es que Rosendo conecta de una manera especial con sus parroquianos. Tanto es así que desde hace tiempo hay una campaña en marcha para ponerle una estatua en Carabanchel, algo que le llena de orgullo y le avergüenza a partes iguales.

"Me da mucho rubor pensarlo. Si la pusieran lo único que iban a conseguir es que no pueda volver a pasar por ese sitio en mi vida porque me muero de vergüenza. Yo no puedo decir que no, aunque por mi no lo haría. Pero si en algún momento se hiciera, me sentiría muy orgulloso. Si lo pudiera evitar lo evitaba, por lo menos en vida. Luego ya que hagan lo que quieran", sentencia con una risa floja tan tímida como sincera. Una risa muy de Rosendo.

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