Cristina o Ninotchka

Regreso en 2013 de su cita con el adiós cuando agosto dejaba a Madrid con el asfalto como chocolate y en las playas de Ibiza la huella de su tobillo tatuado era un recuerdo de sus días más independientes. Lo sabe nuestro gato, que la veía en las lunas de Ses Salinas vestirse con la espuma del amanecer. Cristina es Ninotchka y es Mata Hari, divertida y sutil, enigmática como Greta, desconocida como la Garbo. Ambiciosa, tenaz, su rostro se convierte en ángulos y diagonales que llevan al poder. Está en las listas por más que asegure que no quiere estarlo y que ser alcaldesa no está en su ADN, que lo está en pelea con Esperanza Aguirre como estaba en el destino de Greta ser rival de Marlene Dietrich. Sus aquelarres son republicanos y tolerantes con el sexo. Es una mujer libre, la otra cara de un PP sujeto con corsés que huelen a incienso y procesiones. Su destino político tiene fecha en el calendario: 24 de mayo de 2015. Le está esperando bajo los ojos ámbar de los felinos gallegos del callejón, los mismos que ven en blanco y negro la última película de la Divina: " La mujer de las dos caras".