Ninguno consiguió la victoria, pero ambos tenían motivos para mostrar esa sonrisa marca de la casa. El pequeño acabó segundo tras una espectacular pelea por la victoria con Romano Fenati. El mayor arriesgó demasiado, se fue al suelo y acabó viendo la bandera de cuadros en decimotercer lugar. Àlex estrenó liderato y Marc lo conserva. Los Márquez hacen historia por su cuenta, pero también unidos. En Montmeló se convirtieron en los primeros hermanos que ganaban en un mismo gran premio. En Aragón, en los primeros en liderar dos categorías en la misma temporada. ¿Se imaginan a ambos ganando el título? Si eso ocurriera, la familia Márquez se podría “morir tranquila porque ya habríamos visto todo”.
El entorno de Àlex y Marc asegura a El Confidencial que a lo largo del fin de semana “han estado muy juntos; incluso han vuelto a casa a la vez”. Los frutos no han sido los mejores que podrían haber conseguido, pero el resultado final es inmejorable. En Motorland la mañana se abrió con Moto3 y la más pequeña de las categorías brindó un auténtico espectáculo: adelantamientos, lances de carrera y, sobre todo, pelea hasta el último centímetro del trazado para conocer el nombre del ganador. Fenati se llevó el primer puesto, pero el segundo sirvió para que Àlex Márquez se encaramase a lo más alto de la clasificación de Moto3. Pasase lo que pasase horas más tardes, ya había hecho historia: por primera vez, dos hermanos lideraban dos categorías del Mundial.
La ventaja del piloto del Team Estrella Galicia 0,0 es de once puntos sobre Jack Miller, su más inmediato perseguidor. Sabe que no se trata de una distancia determinante, por lo que no hay espacio para la relajación. Los que le conocen bien cuentan a este periódico que “está contento, pero mantiene la tensión. Le hubiera gustado ser primero porque tendría cinco puntos más que no sabes cuándo vas a necesitar, pero tampoco hay que ser avaricioso”. Àlex está en la línea igual que su hermano Marc. Acostumbrado a estar delante, tanto en Misano como en Aragón se tuvo que conformar con uno y tres puntos. El líder de MotoGP llegará a Japón con 75 puntos sobre Dani Pedrosa. Sabe que una victoria le convertiría en campeón, pero reconoce que “he aprendido del error de haber ido más allá del límite de la moto”.
Marc y Àlex junto a sus padres (Repsol Media).Marc y Àlex junto a sus padres (Repsol Media).
“Esto es más que un regalo”
Con la cabeza ya puesta en Motegi (12 de octubre) y tras haber sacado conclusiones de lo vivido y hecho en Alcañiz, se conceden la licencia de disfrutar de este momento. Rodeados de toda la familia, Marc aseguraba que se queda con que “mi hermano y yo somos líderes”. En casa de los Márquez están exultantes, no les pueden pedir más a sus dos hijos. Juliá, el padre de las dos criaturas, confesaba en Motorland que si sus hijos son campeones esta temporada “me podré morir tranquilo porque ya habré visto todo. Esto es más que un regalo”.
Lo cierto es que tanto Juliá como Roser, la madre, tienen razones para estar más que orgullosos de sus retoños. A los innumerables hitos y hazañas logradas por Marc a lo largo del presente campeonato, se unen las de Àlex. Cada uno recorre su camino y como el pequeño de los Márquez confesaba a este periódico en Montmeló, se olvida del apellido cuando pisa un circuito. A pesar de ello, están de moda en el Mundial de Motociclismo. Hace tres meses, en Montmeló, ambos se subieron a lo más alto del podio de sus respectivas categorías convirtiéndose en los primeros hermanos que ganaban una carrera en el mismo gran premio. Por mucho que diga Juliá, con los hermanos Márquez siempre quedará algo nuevo por ver.
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