El presidente de la Comunidad madrileña y el secretario general del PSM se necesitan mutuamente de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. Ignacio González quiere encabezar las listas de su partido y mantenerse por derecho propio en el sillón de mando de la Puerta del Sol; y Tomás Gómez quiere repetir como candidato tras la dura derrota de 2011. Los dos tienen en su contrario la mejor de las bazas para convencer a los suyos de sus posibilidades de victoria.
El dirigente del PP no tiene el tirón electoral y popular de su " jefa", Esperanza Aguirre, pero ha hecho una buena labor desde que asumiera la presidencia regional por el abandono de la todavía presidenta de los populares madrileños. Se lleva mejor con el mando nacional de la calle Genova, sobre todo con María Dolores de Cospedal, y es consciente que será muy difícil, por no decir que imposible, que Mariano Rajoy acepte que él y Esperanza encabecen las dos listas electorales, incluso aunque en la encuesta que va a hacerse entre el final de septiembre y la primera semana de octubre aparezca el nombre de la " líderesa" como el mejor posicionado para conservar el poder.
El líder de los socialistas cuenta a su favor con el control que ejerce sobre la estructura orgánica del Partido Socialista a nivel regional, de ahí su interés por unas elecciones primarias en las que sólo voten los militantes y que sólo puedan ser candidatos aquellos que alcancen el 10% de apoyos, todo lo contrario de lo que ha ocurrido a nivel nacional con Pedro Sánchez.
El nivel de enfrentamiento dentro del PSM es grande y hasta muy grande. Los viejos dirigentes a nivel regional se han enrrocado para defender sus posiciones pese al nivel bajísimo de aceptación y votos que tuvieron en las últimas elecciones autonómicas y el surgimiento y crecimiento de Podemos desde los comicios europeos, que se ha hecho y se está haciendo a costa de PSM y de Izquierda Unida. La oposición interna a Gómez intenta agrupar a los descontentos y presentar una alternativa, pero si no recibe el apoyo de la dirección nacional será muy difícil que lo consiga. Sabedor de lo que se avecinaba el secretario general se apresuró a desmarcarse en sus apoyos de Carmen Chacón y hacer declaraciones de fidelidad al sustituto de Pérez Rubalcaba.
Si en el PP hubiese cambios y aparecieran nuevos candidatos para mayo - como parece que será tanto en el Ayuntamiento de la capital como a nivel autonómico - en el PSM tendrían muy difícil mantener la actual dirección y la estrategia de " repetir" con Tomás Gómez. Pensar, aunque no se apruebe la Ley electoral que pretenden el PP para los Ayuntamientos de la lista más votada, que los socialistas podrían gobernar en un tripartito con otras dos fuerzas, es querer hacerse trampas al solitario.
Algo parecido ocurre entre los populares: lo mejor para González es que el PSM repita candidato. Otras alternativas podrían llevar a Rajoy y Cospedal a plantearse seriamente un cambio de caras que afectara a la Comunidad y al Ayuntamiento capitalino, partiendo del hecho cierto de que es casi imposible ganar a nivel regional si se pierde a nivel municipal en la Villa y Corte.
Mientras que en el PSM no terminan de surgir nuevos nombres, en el PP al tiempo que retrocede el nombre de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría se abre pasó el de un compañero de Gabinete junto al de un consejero territorial con experiencia en la Comunidad madrileña. Se trataría de apostar por alguien nuevo y alejado de las últimas peleas en la región si, como parece, ninguno de los nombres que van a ser encuestados consigue una diferencia notable y se perfila como apuesta segura par mayo. Uno de ellos es de la total y absoluta confianza de Mariano Rajoy, que no termina de ver a su mano derecha en el Gobierno como candidata municipal dentro de unos meses, y otro llegaría de la mano de la secretaria general, con probada capacidad de gestión y muy bien relacionado con un dirigente madrileño que lo ha sido casi todo en Madrid, tanto con Álvarez del Manzano como con Esperanza Aguirre.
