El fin del bipartidismo y la dimisión de Rubalcaba aceleran la abdicación del Rey

jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h

Los resultados de las elecciones europeas del 25 de mayo ha tenido un efecto colateral inesperado: la abdicación, deprisa y corriendo, del Rey Juan Carlos, uno de los monarcas que más tiempo ha reinado en España, después de Felipe V que estuvo 45 años y tres días. Curiosamente, el primer rey Borbón también abdicó en su hijo Luis el 16 de enero de 1724, pero éste falleció de viruela a los pocos meses, el 31 de agosto de 1724. Con ello, Felipe V volvió a ser coronado. La idea de que el PP y el PSOE perdieran la mayoría absoluta que han tenido, juntos o por separado, en los 38 años de la transición del franquismo, ha acelerado lo que era ya “vox populi” en España, que el Rey tenía que dimitir tras los graves errores cometidos en los últimos años, la pérdida de popularidad y las presiones famiiiares que se achacan preferentemente a la princesa Letizia y a la propia mujer del rey, Sofía de Grecia. Un posible Congreso de los Diputados con una mayoría antimonárquica o republicana no sería descartable en las próximas elecciones y eso complicaría enormemente las relaciones del Gobierno con la Corona y además imposibilitaría una abdicación y una coronación de Felipe VI sin complicaciones. Según las normas para aprobar la abidcación del rey hace falta una mayoría en las Cámaras legislativas. Sino, todo se complica. La dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba, además, ha puesto la “guinda” en las futuras dificultades de la Monarquía española en el futuro, ya que su sucesor, sea quien sea, no podrá ejercer de “juancarlista” o incluso de monárquico con la misma naturalidad con la que lo han venido haciendo hasta ahora los dirigentes socialistas, un partido que se proclama republicano y heredero de la II República que fue destruida por el golpe militar de Franco. El efecto del 23-F, cuando se contó que la intervención del rey Juan carlos, había salvado a la democracia de un nuevo golpe de Estado, ya no sirve con las nuevas generaciones. El nuevo secretario general del PSOE aunque no se proclame abiertamente antimonárquico, ya no podrá salir a cantar las excelencias del rey como lo han hecho Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero. Dejar en las manos del sucesor de Rubalcaba un tema tan delicado no les ha parecido bien a los asesores de Juna Carlos I, ni tampoco esperar a ver si en las próximas elecciones generales PP y PSOE conservan la mayoría.

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