Príncipes de dos mil metros

Si su tío Alberto Grimaldi no tiene hijos legítimos con Charlenne Wistock, que eso parece, Andrea Cassiragi y Tatiana Santo Domingo se convertirán en Príncipes de ese país-ciudad-casino que es Mónaco. Para eso se han casado este 31 de agosto por lo civil en el palacio familiar tras ser padres ha e unos meses. El hijo de Carolina y la hija y nieta de los multimillonarios colombianos Santo Domingo llevan ocho años viviendo sin vivir en ellos, ajenos al mundanal ruido y sus problemas, siempre dispuestos a que su voluntad esté por encima de todo lo demás y acostumbrados a que nada les falte. Sin tabúes sobre casi nada tendrán que aceptar algunas reglas no escritas de esos apenas dos mil metros cuadrados que conforman el Principado, como que la Sociedad que explota lo bueno, la malo y lo regular de ese territorio francés, italiano y ligue, antigua patria y santuario de Hércules y base comercial de los fenicios, necesita mantener el glamour y los privilegios para los más ricos para asegurarse su supervivencia. Aristóteles Onassis llegó a tener el 50% de esa empresa de príncipes y estrellas. Hoy y mañana el testigo de Carolina y Estefania pasará a Andrea, Pierre y Carlota, con sus amores, sus embarazos y su vida de película.