La canciller alemana va a pasar el 22 de septiembre su gran control democratico. La elección de los 622 parlamentarios que conforman el Bundestag va a permitirla saber si sus conciudadanos le otorgan un tercer mandato o si la envían a la oposición. Va a comprobar si sus políticas de ajuste interno y externo en el resto de Europa reciben el aprobado de los suyos o el suspenso por haberse pasado en los recortes y en las duras medidas económicas que ha impuesto a todos. Las encuestas le dan como favorita pero las matemáticas de los cinco grupos que forman el Parlamento pueden deparar la sorpresa de un nuevo gobierno que sustituya al que hasta hoy integran la CDU y los liberales.
Angela Merkel, con sus actuales 239 escaños necesitó en 2009 de los 93 de Westerwelle para llegar a la mayoría absoluta frente a los 146 del socialdemócrata Steinmeier, los 76 de Oskar Lafontaine, que se había separado de sus antiguos compañeros de la Internacional Socalialista, y los 68 de Los Verdes. Hace cuatro años votaron 44 millones de alemanes y la por dos veces ministra con su antiguo mentor, Helmut Kohl, consiguió el 33,8% de los sufragios y casi quince millones de votos, sacando diez puntos a su más directo rival. Hoy las cosas, la voluntad de la sociedad alemana parece haber cambiado y si bien la canciller mantiene de forma personal una gan ventaja no ocurrre lo mismo con su formación y sobre todo con los liberales, sus socios de gobierno. Mientras que la CDU puede llegar hasta el 40 por ciento de los votos según los ultmos sondeos publicados, los liberales perderían diez puntos para quedarse en un exiguo 4%, mientras que subirían el SPD y Los Verdes. Con todas las opciones abiertas y con Europa pendiiente de los resultados podría incluso volverse a la gran coalicción que gobernó Alemania durante el primer mandato de Angela Merkel, de 2005 a 2009, con los dos grandes partidos dispuestos a sacar a su país de la crisis.
Los socialdemócratas han cambiado de candidato y a Stemeier le ha sustituido Peer Steinbrück, mucho menos conocido que la canciller y con menos tirón electoral. Si la tendencia que se ha dado en elecciones regionales se mantuviera el vuelco en el Bundestag podría incluso propiciar una alianza tripartita entre el SPD, Los Verdes y el Die Linke que fundara Lafontaine y que, si bien baja tras la salida de éste, puede obtener los votos y la representación suficiente para hacer posible ese gobierno a tres. Dificil pero posible.
De cara al resto de países que in tegran la Unión Europea los comicios en Alemanía no van a variar mucho la política de la gran potencia continental. En política exterior no hay muchas diferencias, y es de preveer que gane quien gane y gobierne quien gobierne la actual política de máxima austerirdad dará paso a políticas más relajadas en cuanto al conrol del déficit y más proclives a la inversión y la creación de empleo, con mejores y más fluidas relaciones con la Comisión europea y el Banco Central, sobre todo con este último que debería convertirse en el gran controlador del resto de los bancos nacionales, incluidos, por supuesto, los más reacios a ese control que son los alemanes y sobre todo los más pequeños de los landers, similares a nuestras Cajas de ahorro y que hasta ahora se han escapado de los famosos ¨hombres de negro¨que visitan periodicamente España.
Las elecciones europeas se celebrarán entre el 22 y el 25 de mayo en los 27 países que conforman la Unión. De los 751 escaños que conforman el Parlamento, a Alemania le corresponden 96 y a España, que ocupa el quinto puesto en cuanto a número de diputados, 54, por detrás de Francia, Italia y Reino Unido. Por detrás y cerrando la lista aparecen Malta, Luxemburgo y Estonia con seis. El mayor de los grupos es el Popular con 265 representantes, seguido de la Alianza Progresista con 184. Números y datos que cambiarán coon toda seguridad en razón de la virulencia de la crisis y del color d elos gobiernos que la están generando en cada uno de los estados.
En nuestro país y de cara a esa cita del próximo mes de mayo, la Izquierda Unida de Cayo Lara aspira a hacer realidad el viejo sueño de Julio Anguita de sobrepasar al PSOE y colocar a su formación en segundo lugar, con un aumento muuy notable tambien para la UPyD de rosa Díez, que se aprovecharían de las caídas del PP y de los socialistas, y de ese ¨voto de castigo¨que los ciudadanos podrían ejercer antes de afrontar elecciones más comprometidas como son las autonómicas, municipales y generales. En cualquiera de los escenarios posibles, el resultado de los comicios alemanes tendrá una gran influencia, tanto por la política posterior que encabece Berlín, como por el efecto que tengan en los partidos ¨hermanos¨de conservadores y socialdemócratas alemanes.
La gran favorita, Angela Merkel, lleva en la gan política desde que en 1991 y hasta 1998 Helmut Kohl le hizo dos veces ministra antes de pasar a liderar la CDU, olvidarse de su ex presidente, dar un vuelco a la dirección de su partido y disponerse a recuperar el poder. Antigua militante de las Juventudes comunistas en la extinta Alemania Democrática, tiene una curiosa coincidencia con Alfredo Pérez Rubalcaba: fisicoquímica de profesión dejó atrás esa etapa de su vida para dedicarse a su gran pasión, la política, enttrando en el partido conservador y subir en el escalafón hasta llegar a ministra con 37 años. Consecuente con su forma de ser ha mantenido el apellido de su primer marido, con el que tuvo a sus dos hijos, Ulrich Merkel, físico; para casarse por segunda vez en 1998 con Joachim Sauer, catedrático de química. Como se ve, pocos cambios pero importantes y con ella en el centro de control.
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