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Ignacio González, de los nervios



La situación está empezando a írsele de las manos al Gobierno madrileño de Ignacio González que está viendo cómo los conflictos sociales, sobre todo en Sanidad, Metro y Educación, no solo no remiten con el paso del tiempo sino que están recrudeciendo día a día con repercusiones cada vez más directas en el orden público a pesar de los esfuerzos de la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, y del propio ministro de Interior, Jorge Fernández, por cortarlos de raíz con “mano dura”. En los últimos días, tanto el presidente madrileño como la “brunete” de los medios de comunicación más de derechas han tratado de echar la culpa a los sindicatos, pero tanto CC.OO. como UGT se encuentran sobrepasados por la situación y no pueden controlar las huelgas convocadas en su mayor parte por colectivos muy diversos que, en el caso de la Sanidad, incluye a muchos ex simpatizantes y votantes del PP que exhiben pancartas de “yo también voté al PP”.

Después de varios años tratando de liquidar a los sindicatos, los gobiernos del PP, tanto en el Estado como en Madrid, empiezan a comprobar que sin los líderes sindicales no pueden controlar la situación y la Comunidad madrileña está en peligro de sufrir un colapso en los principales servicios que ya han provocado escenas de pánico, por ejemplo, en el Metro cuando un vagón de la línea 8, que va al aeropuerto, estuvo varias horas bloqueado después de que alguien tirara de la palanca de alarma, según la dirección del Metro, que no pudo resolver la situación demostrando una impericia sin límites.

Lo mismo ocurre en la Sanidad, donde el Gobierno regional después de estar proclamando a bombo y platillo el “fracaso de las huelgas” ha tenido que reconocer que los hospitales pueden entrar en colapso y siguen tratando, inútilmente ya, de echar a los enfermos contra sus médicos. Los planes de Esperanza Aguirre, que ha dejado en herencia a Ignacio González, de privatizar los servicios sanitarios han sido la “gota” que ha desbordado el vaso de la paciencia de los madrileños, pero todo indica que otros conflictos sociales podrían estallar en los próximos meses.

En el plano empresarial, el Gobierno de Ignacio González está siendo duramente criticado por asociaciones patronales como las de la Limpieza, a las que ha ha echado del sector de Educación dándole a una sola empresa, Eulen, los trabajos de casi todos los institutos, o los que trabajan en la Dependencia, muchas de cuyas empresas han tenido que cerrar por retrasos en los pagos y por los recortes de las adjudicaciones. Demasiados enemigos. A poco que el PSM recuperase un poco la confianza de los electores, el PP podría sufrir un serio batacazo en las elecciones de 2015.