La demanda de la Reina


MARILO, ALMA DE CANTARO

Mariló, por las mañanas de la uno, ha decidido meterse este año en todos los charcos. El último ha sido su reflexión editorial sobre el alma, y su división orgánica. Cree la de Estella que las ánimas dejan una huella indeleble en los órganos. De eso hay alguna sospecha, sin evidencia científica. Está aquel trasplantado de corazón que un día decidió dar gusto al cuerpo, que le pedía moto y más moto, y mucha velocidad. Pasado el tiempo descubrió que su corazón había pertenecido a un motero. Es como de cuento de Cortázar, ¡no me digan! Llevada por esa sospecha trascendente Mariló se llevó las manos a la cabeza y confesó su alivio. Los órganos del asesino y suicida de El Salobral iban a ir a la tumba, no iban a pasar a ningún mortal, no se iba a prolongar el instinto asesino, la pulsión de muerte. Mariló, que es la reencarnación de algún personaje de Disney (no de Bambi, que ese estaba cogido) ha sufrido el pitido sonoro de las redes sociales, que son ahora como el patio de las corralas, en el que se compite por ver quien tiene la mayor ocurrencia, quien la dice más alto, quién mea más largo. A Mariló ya la siguen por ver cuál es el siguiente lío en el que se mete, con su candor almidonado, con su alma de cántaro, con su ingenuidad, que uno tanto aprecia.

RUBALCABA SIGUE

No se va, no se rinde, no dimite. Dice que le han puesto una tarea y que la va a cumplir. Alfredo se queda, a pesar de que le han dado ya tres palos: en las generales, en las gallegas, y en las vascas. En todas ha dejado el partido tiritando, con sus peores marcas históricas. Ahora viene la siguiente, en Cataluña. Dicen que será un batacazo similar. A Alfredo ya solo le queda la tarea de llevar el partido hasta un congreso que abra el debate de las ideas y que elija un relevo. No lo tienen fácil. Todo lo que se ve y asoma en el partido está quemado por la etapa de Zapatero: desde Barreda hasta Fernández Vara, pasando por Chacón, esa “esfinge sin misterio” que puede asistir en las próximas semanas al derribo del PSC. Así que Alfredo, que seguro que tiene más ganas de irse que Rafael de Paula en una mala corrida, va a continuar hasta que aparezca algo nuevo. Esa es su intención. Tendrá que lidiar en este trance del desierto con los críticos, que se están organizando alrededor de Griñán, para dar el zarpazo que saque al cántabro de la secretaría general. También asoma estos días Bono, con su perfil españolista, por si le llaman para algo, que está que se aburre. Los socialistas y su calvario. ¡Cómo estarán las cosas que alguien tan crítico como Leguina dice que Alfredo debe seguir hasta el final!

AMANCIO Y CARITAS

Ortega, el de Zara, es hombre discreto, del que apenas hay fotografías. Su vida es todo casa y trabajo. Y su Fundación ha dado la campanada al donar veinte millones de euros a Caritas. Bien. En la organización de la Iglesia han respirado un poco, porque tenían la caja vacía y muchos problemas para atender a los cientos de miles de personas que reciben su ayuda todos los meses. Y la izquierda, sobre todo en las redes sociales y en los periódicos de Internet, han aprovechado para ponerla a parir, no por lo que da, sino por lo que tiene, como si al dar esos veinte millones estuviera reconociendo el señor de Zara la injusticia cometida al conseguir su patrimonio. La única justicia redistributiva que conoce la izquierda es la del atraco estatal, que luego se reparte con forma de subvenciones a sindicatos, cursos de formación que no forman nada, o estudios sobre las cuestiones más peregrinas. La incautación, vamos. Yo prefiero vivir en un país donde las personas con talento saben enriquecerse a la que vez que mantienen la sensibilidad social de ayudar a quienes lo necesitan. La mejor obra social de Ortega es haber levantado Zara, y con ello trabajo a decenas de miles de familias, implicadas en esa empresa de una u otra forma. Lo demás es demagogia. Con cinco o seis como él Caritas, verdadero escudo contra la descomposición social, no tendría ningún problema.

LA DEMANDA DE LA REINA

Es viernes, y la Reina está subida al palco del teatro Campoamor, en la vetusta Oviedo. Y la Reina sonríe y saluda, y se ríe cuando los premiados no saben muy bien dónde está para hacerle la reverencia. La Reina ha dejado firmada en Madrid una demanda, una querella propia, no de la Casa Real, contra aquella agencia que, según ellos en un rasgo de humor, pusieron su imagen en un fotomontaje, abrazada a un torso desnudo de un gañán bien dotado. La publicidad de Ashley Madison invitaba a los españoles a contratar los servicios de una agencia de contactos donde acuden insatisfechas e insatisfechos, aventureros y aventureras, para tener un rato de sexo en algún lugar discreto, si es que en Madrid o en España queda alguno, que lo dudo. Dicen ahora en la agencia que ellos se animaron con la provocación publicitaria cuando vieron que se publicaba el libro de Pilar Eyre, en el que cuenta los amores de Juan Carlos aquí y allá. Dicen también que la demanda les ha sorprendido, que los españoles tenemos a la Reina en un pedestal, y que quizá es demasiado para ella. Bien, esas son excusas del que se siente pillado porque no se esperaba una demanda con la firma de Sofía de Grecia. Robar una imagen, usarla como reclamo de una agencia de contactos, se tenga o no pedestal, parece un exceso digno de querella, o de padrinos. En este caso la Reina ha sido civilizada.

DAREK, EN LA PASARELA

El mismo día que la prensa publica que la segunda familia de José Luis Uribarri ha ganado la batalla por su herencia, me encuentro con Darek en la pasarela. La cosa se llama “Las mil y una bodas” y es una feria en Ifema, donde los novios van a elegir sastre, hotel, fotógrafo, y luna de miel. Vienen de Madrid y de provincias, de Ávila, de Extremadura, de las Castillas. Los hay que llegan solos y también los que arrastran a toda la familia. Todavía se nota el peso y el poder de las matronas. Me veo con Darek en la trastienda de la pasarela. Yo hago fotos para mis amigas. Él se deja, sonríe, y habla poco. Susana, que es, además de su novia su eterna sombra, no ha venido. Quizá está digiriendo el palo judicial. Darek se chico formal. Ha llegado el último de los modelos. Todos ensayan menos él. Darek se pone la ropa, sale, entra, se la quita, y se pasa media tarde haciéndose fotos con todas las novias de España. Una se acerca a él y le dice: “te vi en Toledo. Tú no te acuerdas de mi, pero yo de ti si, mucho”. En la trastienda se cruzan los chicos de Félix Ramiro y las chicas de una marca de trajes de novia. No se hablan, no vacilan. Es como si a ellos les interesara sólo Platón. Van a otra cosa. Menos Darek, que mira desde un rincón.

AZNAR INGRESADO

Desde que nos enseñó los abdominales de tabla que se gasta, pensábamos que nunca le veríamos en el trance de un ingreso hospitalario. Tiene gastroenteritis, que hay mucha por ahí estos días. Los virus y bacterias son organismos oportunistas. Le pillan a uno débil y le atacan donde más le puede doler. Da la impresión de que Aznar debe de tener castigado el estómago, con las cosas que se oyen, o con las actitudes de Rajoy. Lo cierto es que ya no puede reclamar su papel en aquel nombramiento de finales de agosto de 2003, cuando llamó a Rato, y a Mayor Oreja para que vieran cómo ponía sus manos sobre el gallego. Meses después ya estaba mascullando su desacuerdo con algunos nombramientos de Mariano, y con las derivas del PP en el País Vasco y en Cataluña. El estómago es un órgano delicado, que se rebela cuando uno tiene que digerir ruedas de molino, y los ácidos no pueden con el granito de algunas contrariedades. Digamos también que en España hay estos días mucho enfermo, a tenor de los comentarios en las redes sociales sobre la enfermedad de Aznar.

CONDE, EL SEDUCTOR

¡Que me dejen de hablar de Mario! Mario es Conde, y ha fracasado en las elecciones gallegas, su primer trampolín para este segundo intento de asaltar el caserón de la política. Después del primero le cortaron las alas, le echaron del banco y le pusieron en la cárcel. Algo debió de hacer mal, sin duda, pero también es cierto que el político defiende su monopolio de la cosa pública con uñas y dientes, y no le permitieron cambiar de banco. Algo así como “usted hágase rico, controle el crédito, que nosotros hacemos las leyes”. Los cambios de equipo se pagan con la muerte civil. Conde ha perdido, pero como si nada, porque tiene un aliado mediático. No estoy pensando en el Julio Ariza de Intereconomía sino en el Vasile de Tele5, donde Conde triunfa los sábados, y recoge votos, ahora para las europeas, donde lo tiene, creo, más fácil. Primero porque se cuentan los votos de una sola circunscripción: España. Segundo porque la crisis de los grandes partidos se ahonda. Conde usa la tele como nadie: es un seductor
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