El avispero político de Getafe
jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h
El seno interno de todas las formaciones con representación municipal en el Ayuntamiento de Getafe- PP, PSOE, IU y UPyD- es a día de hoy un auténtico avispero, en el que los enfrentamientos personales y políticos han adquirido tal cariz que, incluso, ha cundido el rumor de la posible aparición de un nuevo partido de corte local, todo un aviso a navegantes a la cúpula del PSOE getafense, que daría cobijo a los descontentos de las filas socialistas, pero en el que también podrían recalar miembros de otras formaciones como IU y UPyD.
Mitigadas por el ejercicio del poder estarían las disensiones en el Partido Popular,lo cual no quiere decir que éstas no se materialicen en el día a día del Gobierno municipal.
El núcleo duro del alcalde del municipio, Juan Soler, lo conforman el grupo de fieles que le acompañó en su desembarco en la alcaldía getafense, Fernando Lázaro (Hacienda), Paz Alvarez (Urbanismo) y Manuel Ortiz (portavoz del grupo municipal), mientras que los llamados “locales”, con José Luis Casarrubios y Carmen Plata a la cabeza (Jesús Burranchón o Mirene Represas también estarían en él, pugnarían por ganar protagonismo y posicionarse de cara al tan traído y llevado relevo de Soler, algo que muchos dan por hecho que se producirá en el peor de los casos en los próximos comicios municipales.
Sucesión a la que también aspiraría, pero desde el marco oficialista, otro político local que ha crecido políticamente en el ámbito regional y bajo el paraguas de la presidenta madrileña, el macro concejal Pablo Martínez, responsable de Cultura, Deportes, Educación y Comunicación, convertido en los últimos tiempos en una fuente de sobresaltos para Soler por algunos aspectos de su gestión.
Más evidente es la guerra cainita del PSOE getafense, plasmada recientemente en un polémico cambio de dirección, que ha colocado al que fuera su líder durante casi treinta años, Pedro Castro, fuera de la ejecutiva local y prácticamente del grupo municipal, tras ser apartado de la portavocía y no ser liberado. Castro, hasta hace un año alcalde del municipio, lejos de ocupar un segundo plano se muestra estos días más activo que nunca en la batalla que mantiene con la actual secretaria general de los socialistas getafenses, Sara Hernández, representante del “tomasismo” local. El ex regidor sigue intentando recabar apoyos, no sólo para plantar batalla a nivel local a sus adversarios, si no también para mantenerle el pulso al mismísimo Tomás Gómez como representante del “rubalcabismo” en Madrid.
Beligerancia mitigada sólo por un leve cercamiento al sector de quien a día de hoy lidera el grupo municipal, José Manuel Vázquez, pero que se mantiene viva en el caso de Hernández y su lugarteniente, Cristina González. Precisamente de este ambiente de hostilidades ha surgido desde las entrañas socialistas la amenaza de la posible aparición dentro de unos meses de un partido localista, ideológicamente de izquierdas e independiente.
Similar polvorín es el que existe en Izquierda Unida de Getafe. La coordinadora local, Sylvia Uyarra, mantiene un abierto enfrentamiento con la portavoz municipal, María Luisa Gollerizo, enfrentándose por ello a la dirección regional de IU de Madrid. El enfrentamiento Uyarra-Gollerizo está presente en el día a día del grupo municipal
e, incluso, se podría hablar de una cierta esquizofrenia la hora de mantener discurso y estrategia política en su quehacer municipal.
Batalla soterrada también en la casa de Unión Progreso y Democracia, en la que afloran, muchas veces vía web, las diferencias de sus dos representantes municipales, José Luís Morato y Esperanza Fernández, cuyos proyectos y objetivos parecen separarse día a día. Pese a su papel de portavoz del grupo municipal, Morato no ha conseguido hacerse con las riendas del partido (la coordinación de UPyD de Getafe está en manos de Rodolfo Nevado), provocando una difícil bicefalia.