La excelente marcha del Baloncesto Fuenlabrada en la presente temporada, tiene aún más mérito si tenemos en cuenta las dificultades que están teniendo que superar los componentes de la plantilla. A la marcha a mitad de campaña de uno de los pilares más importantes, como era el pívot uruguayo Esteban Batista, vendido al Caja Laboral, y la lesión de una de las incorporaciones más importante, la de Lubos Barton, baja para lo que resta de competición, se une la difícil situación que están atravesando los jugadores, cuerpo técnico y empleados por los impagos que la entidad mantiene con ellos.
La ausencia de un patrocinador a lo largo de todo el año ha llevado al club a tener dificultades económicas para poder estar al día en el capítulo de los pagos, hasta el punto de que el técnico, Salva Maldonado, confirma que “a día de hoy nos deben hasta cuatro mensualidades”. Mucha gente pensó que el dinero obtenido con el traspaso de Batista (unos 850.000 euros) iba a servir para liquidar parte de la deuda con la plantilla pero el entrenador aclara que “nosotros no hemos visto nada de ese dinero. Imagino que se habrá destinado a otros fines”.
El entrenador señala que “los jugadores aguantan y esperan que esta situación se resuelva en breve. Nos han dicho que nos van a pagar cuando reciban la subvención del Ayuntamiento. Lo que está claro es que con la temporada que están haciendo, dando el máximo y superando casi su límite, se merecen recibir lo comprometido en su día”. Salva tiene claro que una segunda temporada en estas condiciones sería muy difícil de asumir. “Creo que si el club no consigue un patrocinador para la próxima campaña habría que replantearse su situación en la ACB”.
A pesar de todos estos problemas, el equipo está consiguiendo unos resultados más que destacables. Tras imponerse al Barcelona acumula 13 victorias, con las que certifica su presencia la próxima campaña en la ACB. Un objetivo que a Maldonado se le queda corto “desde hace varias jornadas. La permanencia era una meta obvia pero con nuestra trayectoria es normal que miremos más hacia arriba”.
Situado entre los ocho mejores de la clasificación, lo que le permitiría jugar las eliminatorias por el título si logra acabar la temporada regular en esas posiciones, Maldonado confiesa que el equipo “no se pone límites. Ahora viene un calendario difícil pero vamos a intentarlo”.
El técnico cree que la clave de su equipo está “en funcionar como un colectivo y nuestra fortaleza en casa”.
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