Esperanza Aguirre pierde la batalla de la CEOE
jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h
El apoyo in extremis de la patronal madrileña (CEIM) a la elección de Joan Rosell como nuevo presidente de la CEOE ha dejado al descubierto los problemas que Esperanza Aguirre, está teniendo para mantener su control de los organismos y empresas madrileños, como era su pretensión desde que al comienzo de la primera legislatura iniciara su ofensiva que le llevó a controlar la CEIM y la Cámara de Comercio, entonces en manos en Fernando Fernández Tapias, el amigo de Gallardón.
Su brazo ejecutor en ambas instituciones fue Gerardo Díaz-Ferrán, pero la quiebra empresarial del ex presidente de la CEOE ha dejado al descubierto los problemas de Aguirre para encontrar un sucesor, aunque Arturo Fernández había mostrado su disposición a dar el paso
Aguirre trató, sin éxito, contar con la candidatura de Manuel Pizarro, pero el fracaso que había sufrido en su corto paso por la política como número dos de Rajoy en las elecciones de 2008, le llevaron a rechazar la invitación, alegando que estaba muy tranquilo en su casa disfrutando de sus nietos.
Arturo Fernández tuvo que negociar finalmente su apoyo a Rosell a cambio de una vicepresidencia de la CEOE que ha matizado los resultados de la batalla perdida, sobre todo si se tiene en cuenta de que finalmente los empresarios madrileños han tenido que pactar con un hombre al que todos los medios de comunicación afines a la derecha había rechazado por haber aportado su firma al manifiesto elaborado por las instituciones catalanistas contra la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.
Este es el segundo fracaso importante de Aguirre en el mundo empresarial, después de que Rajoy cortara de raíz su proyecto de colocar al vicepresidente madrileño, Ignacio González, al frente de Caja Madrid.