Tomás Gómez planta cara a Ferraz y al Gobierno

Tomás Gómez planta cara a Ferraz y al Gobierno
jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h

Con el lehendakari Paxi López como introductor de ceremonias, “un tío majo que representa el sueño que persigo” y arropado por algunos dirigentes nacionales, véase Leire Pajin, José Bono o Javier Rojo, y  un nutrido grupo de alcaldes, Tomás Gómez, estrella invitada de los desayuno de “Forum Europa”, se subía con decisión al atril para reivindicar  la autonomía del Partido Socialista de Madrid, más allá de Zapatero o José Blanco, para hacer y deshacer en lo que concierne a los candidatos de los próximos comicios de 2011.
El secretario general del PSM, “más terco que una mula” (Gómez, sic), se retrataba así dispuesto a dar la batalla contra viento y marea para hacer valer su condición de líder del socialismo madrileño y futuro candidato frente a Esperanza Aguirre. Un episodio más de una larga semana de autoafirmación en su papel de jefe territorial del PSOE.
Obligado desde hace meses a remar contracorriente en su propio partido,  Gómez ha puesto pie en pared y ha plantado cara a la dirección Federal del PSOE y al Ejecutivo socialista, cuya ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, se ha lavado literalmente las manos en lo que respecta al Area Unica sanitaria madrileña que implantará la lideresa del PP,  rompiendo con ello parte de la estrategia política de su compañero de partido. Una gota que ha colmado el vaso de la paciencia del jefe de filas de los socialistas madrileños, a quien ni la dirección nacional de su partido ni el propio Gobierno están brindando la ayuda necesaria para hacer oposición a Esperanza Aguirre.
Gómez ha dado un paso al frente, autoridad que se resistía a ejercer, para decir alto y claro que está dispuesto a dar la batalla, aunque el enemigo lleve sus mismas siglas.
A Ferraz, que  según el propio jefe de filas del PSM, es muy grande (en la sede del PSOE los hay como Leire Pajín que apuestan por él y los hay como José Blanco que no ve claro su futuro), ha venido a decirle que el PSOE madrileño no admite interferencias en la elección de candidatos, pese a ser sabedor de que es tarea casi imposible frenar las injerencias del Federal y de la propia Moncloa en estas designaciones.  
Golpe de autoridad ha dado también Tomás Gómez frente al Gobierno, tras quedar meridianamente claro que el Ejecutivo de Zapatero se llama a andanas en la pelea sanitaria que se libra en la Comunidad de Madrid. La ministra del ramo, Trinidad Jiménez, tras comprometerse con los sindicatos a estudiar los resquicios jurídicos para bloquear la Ley de Sanidad y, especialmente, el  Area Unica aprobada por el Gobierno de Aguirre, ha preferido, pocos días después, salir de puntillas de esta confrontación, dejando como quien dice coloquialmente colgado de la lámpara al líder del PSM, aspirante, no hay que olvidarlo, a disputarle la presidencia de la Comunidad de Madrid a la lideresa del PP en los próximos comicios autonómicos.    
Sólo ante el peligro, con el único apoyo de unos cuantos alcaldes e históricos prebostes socialistas como Gregorio Peces Barba, a Gómez no le ha quedado más remedio que salir a cuerpo descubierto para, tras declararse “decepcionado” con la decisión de la ministra, anunciar que recurrirá el desarrollo del Area Unica ante las diversas instancias judiciales.
Lo cierto es que la inhibición de Trinidad Jiménez ha abierto un flanco en la estrategia del PSM que Aguirre y los suyos van a rentabilizar. Más facilidades para ello no caben por parte de la ministra de Sanidad, quien, además de no percibir “ningún tipo de malestar” en el PSM por su decisión, ha rematado la jugada asegurando que los ámbitos políticos de Gómez y los de ella son diferentes, pues él, ha venido a decir, se desenvuelve en “el legítimo ejercicio de la oposición para el cumplimiento de unos determinados fines e intereses”.
Intereses que queda claro que no tienen nada que ver con los de Jiménez, deseosa de nadar y guardar la ropa en esta materia con todos los gobiernos autonómicos, especialmente con los del PP y concretamente con el de Aguirre, aunque la reforma sanitaria madrileña tenga enfrente a sindicatos, el propio secretario general de UGT, Candido Méndez, se ha manifestado en contra, a los ayuntamientos socialistas y a los colectivos sanitarios.  
La negativa de Jiménez a impugnar la implantación del Area Unica, virtud a la cual se abre la puerta a la libre elección de médico, enfermera y especialista, al no “existir bases jurídicas para que prospere el recurso”, ha sido igualmente recibida con no poco malestar y desconcierto por parte de IU, cuyo portavoz y coordinador regional, Gregorio Gordo, ha acusado a la ministra de tener pocas ganas de parar la privatización en el ámbito sanitario que está teniendo lugar en la Comunidad de Madrid.
Una actitud la de la ministra que, según Gordo, deja con las “vergüenzas al aires”  a Tomás Gómez. Lo cierto es que el secretario general del PSM, cuya oposición a Aguirre no es nada fácil al no tener escaño en la Asamblea de Madrid, no está encontrando en los últimos tiempos ninguna colaboración por parte de los dirigentes nacionales de su partido, lo que ayuda más bien poco a apuntalar su liderazgo en un PSM en el que cada día ganan más protagonismo las voces críticas.
Aunque tambaleante, Gómez parece al fin dispuesto a plantar batalla a propios y extraños, especialmente a los primeros, a quienes ha venido a decir que resistirá todos los envites, que seguro serán muchos de aquí a mayo de 2011.

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