Aguirre ficha a una protegida de Zaplana

Esperanza Aguirre se queja muchas veces en privado de lo mal que le tratan otros dirigentes del PP a los que ha hecho favores para “enchufar” a familiares, amigos o miembros de sus equipos que se quedan sin trabajo. Lo hizo con la ex mujer de Rodrigo Rato, Ángeles Alarcó, a la que nombró primero asesora y actualmente es directora de Turismo de la Comunidad de Madrid.

A Rajoy le hizo el favor de contratar a su ex jefa de de prensa, Belén Bajo como directora general del Instituto Regional de Cualificaciones de la Comunidad de Madrid, y a un primo suyo para otro cargo. Cuando Fraga perdió las elecciones gallegas recogió en la Consejería de Sanidad, como número dos de Lamela, a la ex consejera de Asuntos Sociales de la Xunta, Belén de Prado. Y un largo etcétera.

Ahora, Aguirre ha contratado como directora del servicio de Defensa de la Competencia de Madrid a la magistrado Beatriz Grande, una buena amiga de Eduardo Zaplana que se “cayó” de la lista del Consejo General del Poder Judicial cuando el ex presidente de la Generalitat valenciana perdió los favores de Rajoy.

Beatriz Grande, ex inspectora delegada para Cataluña del CGPJ desde 1998, era la candidata de Zaplana para entrar en el Poder Judicial cuando el entonces portavoz del PP en el Congreso, en el año 2006, negoció con el portavoz socialista, Diego López Garrido, la composición del nuevo Consejo. La negociación se frustró en el último momento y Zaplana fue perdiendo poder hasta que fue relevado en su cargo por Soraya Sáenz de Santamaría. Ella y Federico Trillo, que acabaron negociando con el nuevo portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, el nuevo gobierno de los jueces, rechazaron meter en la lista a la amiga de Zaplana.

En las elecciones realizadas entre los jueces no asociados para optar a un puesto en el Consejo General del Poder Judicial, Grande consiguió el máximo de los votos, por encima incluso de Fernando Grande- Marlaska, pero de nada le valió.

Beatriz Grande fue titular del Juzgado Penal nº 4 de Barcelona hasta junio de 1998 en que fue elegida inspectora delegada para Cataluña del CGPJ, que entonces presidía Delgado Barrio. Posteriormente solicitó y consiguió ser nombrada magistrado de la Sección Quinta de lo Penal de la Audiencia de Barcelona, pero nunca ha llegado a ejercer en ese puesto.

Fue Zaplana quién le “sopló” el nombre a Esperanza Aguirre que estaba buscando a una persona de formación judicial para sustituir a Francisco Maracos al frente del Servicio de la Competencia del Tribunal de Defensa de la Competencia de Madrid.