Madrid, campo de batalla de los narcos: un abogado y un capo asesinados en menos de un mes

“ejecución” de un conocido abogado de los narcos, Alfonso Díaz Moñux, y 2009 comenzó con el crimen cometido en el Hospital Doce de Octubre, donde asesinaron en la cama del hospital al capo Leónidas Vargas. Además de los dos marroquíes heridos en Getafe en un ajuste de cuentas y los dos muertos y cuatro heridos en la discoteca Heaven, cerca de la madrileña Plaza de la Opera.

En total, llevamos tres muertes violentas en Madrid nada más empezar el año. 2008 se cerró con 73 fallecidos - entre ellos 37 extranjeros: marroquíes, colombianos y bolivianos sobre todo- por causas no naturales, frente a los 59 de 2007.

Al abogado Moñux, unos sicarios le ejecutaron en la noche del 18 de diciembre cuando salía del garaje de su vivienda en Madrid, en la calle Antonio Rodríguez Villa, muy cerca de la Plaza de la República Argentina, sin que a estas alturas la policía haya averiguado quien dio la orden de matarle y por qué.

El letrado asesinado -según “La Voz de Galicia”- había denunciado las amenazas de muerte que venía recibiendo al menos desde finales de 2007, y fruto de las investigaciones se encuentran en prisión varios ciudadanos de origen colombiano a los que se les encontraron anotaciones que los inculpan en esas amenazas. Al menos uno de los implicados se encuentra en la prisión madrileña de Soto del Real.

Tania Varela, compañera sentimental de la víctima y natural de Cambados (Pontevedra), que estaba con él en el momento en que le dispararon, se personó en el Juzgado número 27, acompañada de otro letrado, para pedir explicaciones sobre por qué no se habían pinchado teléfonos y no se habían adoptado medidas para evitar que se consumasen las amenazas.

El móvil del crimen podría haber sido el desvío de parte de lo que se había salvado de un alijo de unos 6.000 kilogramos de cocaína desembarcado en la costa gallega en mayo del 2006, del que la Guardia Civil solo había incautado unos 2.000 kilos. La cantidad desviada oscila entre los 500 y 1.000 kilos, según estas fuentes, aunque lo más probable es que se trate de 500, con un valor mínimo en primera venta de 15 millones de euros.

La detención de los primeros sicarios enviados por los colombianos para saldar esa deuda retrasó la ejecución del encargo, pero ese inconveniente no les hizo desistir de su proyecto criminal, como lo prueba el hecho de que hayan enviado a otros dos que sí cumplimentaron su misión.

Alfonso Díaz Moñux, especializado en casos de tráfico de drogas, defendió a uno de los acusados en la denominada “Operación Pipol”, llevada a cabo en Asturias en julio de 2001 y que permitió desarticular dos redes dedicadas al tráfico de drogas e intervenir cartuchos de Goma-2 y detonadores industriales. Dos de los imputados en la operación “Pipol” fueron imputados también en el juicio del 11-M.

El letrado compartió hace tiempo bufete con el abogado de la Asociación Víctimas del terrorismo, Emilio Murcia Quintana. Aunque en la actualidad tenía bufete propio en la madrileña calle Lagasca, y colaboraba con cierta asiduidad con el de José Aliste, un letrado especializado en la defensa de narcotraficantes colombianos, la mayoría ligados a los paramilitares.

Díaz Moñux representaba también al ‘capo’ de la mafia rusa Zakhar Kalashov, un importante accionista de la petrolera rusa Lukoil imputado en la Audiencia Nacional por asociación ilícita y blanqueo de dinero.

Kalashov permanece en prisión desde junio de 2005, cuando fue arrestado en Dubai dentro de la ‘operación Avispa’, y la Fiscalía Anticorrupción pide para él 12 años de cárcel y concluye que posee “una parte significativa de una de las sociedades rusas más grandes del petróleo, Lukoil”, que mantiene negociaciones para adquirir el 30% de Repsol.

En el caso del capo colombiano Leónidas Vargas –que tenía otras dos identidades, José Antonio Cortés y José Antonio Oríz- la víctima se encontraba bajo arresto domiciliario y estaba a la espera de juicio por narcotráfico. Había sido ingresado en el hospital el 2 de enero y fue asesinado en la tarde del 8, por encargo ya que los sicarios encargos del crimen ni siquiera le conocían y tuvieron que preguntar al compañero de habitación de quien se trataba.

Vargas había sido un conocido capo de la droga en Colombia en la década de los 80, hasta que fue detenido en 1993 y condenado seis años más tarde a 19 años de cárcel, de los que sólo cumplió algo más de ocho. Puesto en libertad en 2001 se instaló en España donde fue detenido en 2006 por falsificación y narcotráfico.

Respecto a los últimos asesinatos, el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, ha instado hoy a la delegación del Gobierno de Madrid que explique "cuanto antes" la situación de la seguridad en Madrid porque "el crimen organizado se ha adueñado en buena medida de la noche de Madrid".

El consejero asegura que "todos los ciudadanos estamos muy preocupados por los últimos acontecimientos tan graves y que demuestran la inseguridad que estamos viviendo".

Para el consejero, el principal responsable de esta situación es el gobierno central "todos debemos actuar, pero es el Ministerio del Interior el que tiene que poner en marcha medidas para que estas mafias desaparezcan de nuestras calles".

Igualmente ha pedido que la delegada del gobierno, Soledad Mestre, explique las medidas que se han puesto en marcha para controlar esta situación en la Comunidad.

"Exigimos que ponga en marcha todos los recursos que necesita la Policía para acabar con el crimen organizado en Madrid, tanto medios de investigación, técnicos como de personal".

Alabó la actuación policial que trajo consigo la detención prácticamente en el acto del presunto autor del doble asesinato del domingo frente a la discoteca Heaven Sala Palace de Madrid.

No obstante, apuntó que los cuerpos de seguridad necesitan muchos más medios, y que hasta ahora no los ha puesto en sus manos el gobierno de la Nación, "para poder atajar el crimen organizado en nuestra región".