Un reciente estudio publicado en la revista European Journal of Public Health, liderado por un equipo del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en España, ha revelado significativos cambios en los diagnósticos de salud mental y el uso de servicios sanitarios durante la pandemia de COVID-19 en siete países europeos. Este análisis es crucial para futuras investigaciones y para la toma de decisiones en salud pública ante crisis similares.
El estudio se realizó en el marco del proyecto europeo Population Health Information Research Infrastructure (PHIRI), que involucra a 32 instituciones europeas. En representación de España, el ISCIII colabora a través del Centro Nacional de Epidemiología (CNE), bajo la dirección de Carmen Rodríguez Blázquez, César Garriga y Maria João Forjaz. Anteriormente, este equipo había realizado un análisis sobre indicadores de impacto directo de la COVID-19.
Análisis del impacto en salud mental y servicios sanitarios
El objetivo del estudio centrado en salud mental fue desarrollar un caso de uso relevante para las políticas públicas y facilitar investigaciones futuras mediante métodos escalables y reproducibles. Además, participaron investigadores como Enrique Bernal y Francisco Estupiñán, quienes forman parte de la red cooperativa RICAPPS (Red de Investigación en Cronicidad, Atención Primaria y Promoción de la Salud).
A través del análisis mensual de diagnósticos, prescripciones y visitas a centros sanitarios relacionadas con la depresión y ansiedad en cinco países (Austria, Estonia, Finlandia, Letonia, Rumanía) y dos regiones (Gales y Aragón), se identificaron cambios significativos antes y durante los primeros meses de la pandemia.
Tendencias observadas durante la pandemia
La investigación generó una infraestructura europea federada que procesó datos localmente, respetando el reglamento europeo de protección de datos. Los investigadores calcularon tasas de diagnóstico, prescripciones de antidepresivos y ansiolíticos, así como visitas por depresión o ansiedad a atención primaria, hospitalaria o servicios de urgencias. Se compararon las tendencias del periodo 2020-21 con las del periodo 2017-2019.
Los resultados indican que hubo interrupciones en el uso de recursos sanitarios para tratar depresión y ansiedad entre marzo y abril de 2020, coincidiendo con las restricciones impuestas a la movilidad. Tras declarar la pandemia, se observó una disminución en los diagnósticos relacionados con estos trastornos en Rumanía, Aragón y Gales. Asimismo, las visitas a atención primaria se redujeron notablemente en Rumanía y Gales pero aumentaron en Letonia.
Los autores concluyen que estos hallazgos ofrecen valiosas implicaciones para gestionar futuras crisis sanitarias. La creación de un modelo común para datos es compleja e implica armonizar fuentes dentro y entre diferentes sistemas nacionales de salud.