www.cronicamadrid.com
La pasión de Sánchez por juntar a 19 presidentes
Ampliar

La pasión de Sánchez por juntar a 19 presidentes

viernes 30 de julio de 2021, 12:01h
Reunir a todos los presidentes de las autonomías para hablar de España y de sus problemas llama a engaño. No significa mayores dosis de democracia, ni mayores logros en solidaridad inter territorial. Sirven para la representación teatral que acompaña a todos los inquilinos de La Moncloa.


Hoy en Salamanca se celebra la 24 Conferencia de Presidentes autonómicos. Desde que se celebró la primera, en octubre de 2004 tras ganar el PSOE de Rodríguez Zapatero las elecciones generales, los resultados de las mismas no pueden ser más exiguos e irrelevantes. Sin su celebración todos los acuerdos y desacuerdos entre el Gobierno central y los Gobiernos autonómicos serían los mismos.

Con José Luís Rodríguez Zapatero se celebraron cuatro y con Mariano Rajoy apenas dos. La de mayor solemnidad, la de 2005 con la presencia de los Reyes y de los entonces Príncipes de Asturias; la de menor, la actual con un mero saludo protocolario a los 18 presidentes por parte del Rey Felipe. El record de convocatorias - que le corresponde hacerla al Jefe del Gobierno - lo tiene por goleada Pedro Sánchez con 19 citas, con un año estrella , 2020, en el que se celebraron entre marzo y octubre nada menos que 18, telemáticas y con “asistencia” de Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europa, a la última para hablar de las condiciones y el futuro reparto de los Fondos Europeos.

Ningún presidente autonómico está de acuerdo con ese reparto. Unos, como el lendakari Urkullu, ya ha logrado por adelantado lo que más le interesaba, una mejora sustancial en la recaudación fiscal para Euskadi; otros, como el gallego Feijóo, asisten por respeto institucional pese a las duras críticas del presidente de su partido y del resto de presidentes populares; y otro, como el catalán Aragonés, que siempre querrá más y siempre buscará “separarse” tanto del Gobierno central como de sus compañeros de JuntsxCat. Para escenificar ese distanciamiento respecto al resto de España se ha marchado a Ginebra para entrevistarse con Marta Rovira, una de los “fugados” tras el remedo de Referendum y posterior declaración de independencia.

Reunir a todos los presidentes de las autonomías para hablar de España y de sus problemas llama a engaño. No significa mayores dosis de democracia, ni mayores logros en solidaridad inter territorial. Sirven para la representación teatral que acompaña a todos los inquilinos de La Moncloa.

Las inventó el presidente Zapatero y podrían haber desembocado, tal y como se recoge en el artículo 4 de sus Estatutos, en una cita anual de los líderes políticos con el Jefe del Estado para que éste escuchara la voz de la España múltiple, por encima de los colores de los partidos. Así parecía hasta el año 2012, con Rajoy en el poder y el Rey Juan Carlos y el Príncipe Felipe asistiendo a la misma. El presidente del PP esperó cinco años para celebrar la segunda bajo su mandato y ahí terminó el “experimento”, que así se puede calificar la Conferencia.

En 2020, con la pandemia golpeando nuestro país, Pedro Sánchez se lanzó a celebrar una casi cada semana: tres en marzo, cuatro en abril, cinco en mayo, dos en junio, y una en julio, septiembre y octubre. Hasta este 30 de julio de 2021 en la que se intentará convencer a los asistentes de que el reparto de los Fondos Europeos se hará de forma equilibrada y justa, dependiendo tanto de las necesidades, que todos tienen y muchas, como de los sacrificios y recortes que estén dispuestos a aceptar y poner en marcha.

Si se lograra un gran acuerdo al margen de las diferencias partidistas de los asistentes e incluso de las que existen dentro de las propias formaciones, Pedro Sánchez y Nadia Calviño podrían presentar a Europa un gran Plan de futuro para cambiar y modernizar nuestro país. De entrada y en base a las propias declaraciones de Pablo Casado parece casi imposible. Europa nos seguirá mirando como a un país poco fiable, demasiado cuarteado y dividido y con dificultades para cumplir con sus duras exigencias.