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Tezanos y las décimas de felicidad de las encuestas
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Tezanos y las décimas de felicidad de las encuestas

viernes 20 de noviembre de 2020, 10:46h
Da igual. Haya elecciones a la vista o no, las encuestas se suceden para decirnos quién sube o baja unas décimas. Si Sánchez es el mejor visto o Arrimadas ve cómo valoran su defensa del centro. Desde el CIS de Tezanos, siempre sorprendente, a las que filtran los partidos pasando por las de los medios de comunicación. Todos contentos. Lo asegura el refrán: el que no se consuela es porque no quiere.

Unas se basan en unos cuantos miles de entrevistados y cruzan las preguntas para intentar ocultar el alma de los futuros votantes. Otras, con apenas mil llamadas telefónicas, buscan de forma más interesada transmitir la mejor de las imágenes de la formación que las presenta. Todas ellas rebosan felicidad política, incluso cuando dejan al descubierto la pobre imagen que los ciudadanos tienen de su clase política.

Si la valoración de los gobernantes y de la oposición se queda por debajo del aprobado la mayor parte de las veces, no importa. Llegara el momento de votar y aparecerá el partido, la lista y los nombres propios quedarán sepultados bajo las siglas de los más poderosos. Además, siempre queda el futuro, el momento de la verdad, la convocatoria electoral en la que la única y verdadera encuesta será la que arrojé el conteo de las papeletas urna a urna.

El PSOE se pudre por dentro, basta con ver las rebelión pública de algunos de sus líderes autonómicos y de aquellos que lideraron la llegada al poder y disfrutaron de las ventajas del cargo. Alfonso Guerra, por un lado, Javier Lambán por otro. Eso śì, para los unos y los otros, los socialistas no solo van a volver a ganar al PP en las próximas elecciones, van a poder gobernar pese a todas laas dudas que suscita la coalición y las posturas de Pablo Iglesias en temas como la política exterior o los gastos del Estado.

Al mismo tiempo y para "llevarse bien" con los dirigentes, militantes y votantes de esa formación, ponen en marcha un " plan de acercamiento" hacia antiguos líderes como Maravall, el que fuera ministro de Educación, para ver si así convencen a los posibles disidentes de la izquierda que para ganar a la derecha y alejarla del poder hay que unir y sumar votos, y que esa suma sólo es posible con Unidas Podemos y otras formaciones de izquierda. Los nacionalistas no gustan mucho, pero mejor ellos que cualquier acercamiento a la derecha que representan el PP y Vox.

Si desde la oposición se animan con encuestas, conferencias y congresos, desde el poder se animan con las opiniones de las mismas agencias de calificación y organismos internacionales que hasta hace dos días nos ponían verdes por nuestro desastre económico.

Que la prisma de riesgo baje desde aquellos brutales 600 puntos del verano del 2012 está muy bien, pues así nos ahorraremos todos unos cuantos miles de millones de euros, y que desde el FMI o la agencia Fitch pongan en duda la inversión en España, tan sólo se trata de jugar con los tiempos y las posiciones de la Europa comunitaria. La mejora de la confianza siempre es de agradecer, pero todos, los que gobiernan y los que aspiran a gobernar, y los que miramos a unos y a otros, tendremos que mirar con la frialdad suficiente y reconocer que los miles de millones que llegarán en unos meses, van a llegar para invertir en nuestro país, más que para incrementar el gasto público, por más “manga ancha” que se apruebe en Bruselas como medio para salir de la crisis creada por la pandemia.

Crear o mantener puestos de trabajo y a través de ellos incentivar el consumo interno, debe ser compatible, por más que les pese a algunos, con dar la bienvenida a las inversiones de los fondos que lo que buscan es obtener unas rentabilidades que no encontrarían en otros lugares debido a la " devaluación interna" que hemos sufrido los españoles.

Como somos más pobres ( salvo unos pocos)'y todo vale menos, se puede comprar más y más barato para luego volver a vender más caro. El mejor de los ejemplos de este fenómeno tan " esperanzador" para el gobierno está en la SAREB, esa sociedad que es capaz de vender con su propio dinero - que es el de todos- los activos que ella misma devalúa para que unos cuantos fondos buitres sigan ganando con nuestro empobrecimiento. La aprobación del decreto ley de esta semana de cara a controlar la entrada de inversiones en los sectores considerados estratégicos puede ser tan buena y útil como perjudicial y convertirse en otra forma de control desde el gobierno hacia aquellos que considere hostiles.

Habrá que esperar meses u años para ver de verdad que opinamos los españoles en las urnas, en esa encuesta real que son los votos y los que señalan lo que los ciudadanos opinan acerca de los políticos y de sus propuestas. Con la reserva de que tal y como se está viendo y juzgando a la clase pol´ñitica y sus peleas en el Congreso y en los medios de comunicación, se corre el peligro de encontrarnos con un alto nivel de abstención. Y mientras tanto paciencia, mucha paciencia ante el aluvión de encuestas que nos vendrá encima.