La derecha española y buena parte del Partido Socialista, encabezados por Felipe González, quieren aprovechar la grave crisis provocada por la pandemia del coronavirus para cargarse no al Gobierno de coalición, ni siquiera a Podemos, sino que tiran directamente contra Pablo Iglesias.
Al líder de la oposición Pablo Casado le encantaría cobrarse esta victoria para así justificar firmar con Pedro Sánchez unos nuevos pactos de la Moncloa. En cada intervención de él o de sus personas de confianza, Teodoro García Egea y Cayetana Alvarez de Toledo, siempre se refieren a los socios del PSOE como los comunistas de Podemos y los independentistas de ERC.
Mucho más claro ha sido el ex presidente socialista Felipe González que en Televisión Española ha dicho que si durante las negociaciones de unos nuevos Pactos de la Moncloa "algunos de los socios por decir algo o no socios del Gobierno creen que es el momento para cambiar el modelo constitucional o romper las reglas del juego", se estarán excluyendo y el líder del Gobierno "no debe ni puede tolerarlo".
Nada de todo esto parece afectar a Pedro Sánchez que sigue con su hoja de ruta pactada con Iglesias y al que de nuevo a incorporado al Consejo de Ministros de emergencia, el que dirige el día a día, y del que le había excluido en marzo cuando decreté el Estado de Alarma.
De hecho, gran parte de las medidas sociales y también económicas que trata de poner en marcha el Gobierno para paliar los efectos de la crisis, salen la de la vicepresidencia tercera de Podemos, mientras los ministros socialistas -con excepción de Salvador Illa que lleva la dirección de la lucha contra el virus- están prácticamente paralizados y sólo salen a la palestra cuando lo decide el principal asesor de la Moncloa, Iván Redondo, como ha hecho ahora la titular de Educación, Isabel Celaá, para tratar de pactar con las Comunidades Autónomas un plan que salve el curso escolar.
Como en las películas de aventuras, Sánchez e Iglesias han decidido defenderse, espalda contra espalda, frente a todos.
Si en las próximas semanas algún miembro del Gobierno tiene que pagar el pato de los errores cometidos en la escalada del coronavirus que no se vio venir hasta casi la mitad de marzo, la víctima no será Pablo Iglesias. Y si esta es la condición sine qua non, que pone la derecha para firmar unos nuevos Pactos de la Moncloa, pues simple y llanamente no se harán o solo lo firmarán los aliados del Gobierno
