La heredera de la Corona va a presidir el lunes 4 la entrega de los premios Princesa de Girona en el Palacio de Congresos de Barcelona, diecisiete días después de que hiciera lo mismo en Oviedo. Un acto en el que el Estado, representado por los líderes de los principales partidos puede dar una muestra de unidad frente al independentismo.
Sabemos lo que harán los responsables del Gobierno catalán con su presidente a la cabeza. Quim Torra y los representantes de ERC y Junts per Catalunya harán lo mismo que hicieron hace un año y apelarán a la situación política, a los presos del Procés y a la necesidad de un Referendum independentista. Cumlirán con su papel. Nada nuevo. La novedad debería estar en el otro lado.
En plena campaña oficial para las elecciones del 10N, con los candidatos inmersos en viajes y mítines, la pregunta que cabe hacerles es la siguiente: ¿ acompañarán con su presencia a toda la Familia Real para mostrar su unidad con la Monarquía o mirarán para otro lado tras las jornadas de violentas protestas por la sentencia del Supremo ?
En este décimo aniversario de los Premios, con la oposición del independentista consistorio de Girona presidida por Marta Madrenas, a que el acto se celebrara en el Auditorio de su ciudad, tal y como había sucedido en las ocho primeras ocasiones, hacer acto de presencia junto a Felipe VI y Leonor de Borbón representaría toda una declaración política desde la más directa representación de los ciudadanos.
El primero en dar ejemplo sería el presidente en funciones, que el año pasado delegó en el ministro Pedro Duque la representación oficial del Gobierno. Pedro Sánchez, de asistir, mandaría un mensaje muy claro al conjunto de las fuerzas que piden una República independiente en Cataluña, y en especial a los seguidores del “reclamado” Carles Puigdemont que a través de la CUP y de los CDR ya preparan protestas en la calle tanto para el lunes como para el martes.
Del resto de los otros partidos con representación parlamentaria y que se juegan el 10 de noviembre la victoria en las urnas y la posibilidad de formar o ayudar a la formación de un Gobierno, cabe esperar que Pablo Casado, asista, que también lo haga Albert Rivera, que esté el que se declara máximo defensor de la Corona en estos días, Santiago Abascal, y que no estén ni Pablo Iglesias, ni Iñigo Errejón, ni ningún representante del PNV. Por supuesto tampoco de JxCat, ni de ERC, ni de Bildu. Para los efectos que se deberían buscar en pro de la unidad de España, sea bajo la forma de la Constitución de 1978 o de la España plurinacional y federalista que se busca desde la izquierda, no cuentan.
Estar con los Reyesy sus hijas representan un mensaje de Estado mucho más que de apoyo a la Monarquía, siendo ésta la que en estos momentos encarna esa unión desde que así fuera aprobado en el Refrendum Constitucional y que, a través de la Carta Magna y los diferentes Estatutos de Autonomia, han vertebrado este país desde hace 40 años.
