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La condena bíblica que les espera a los perdedores del 26M
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La condena bíblica que les espera a los perdedores del 26M

viernes 24 de mayo de 2019, 14:18h
También batir de palmas y listas de candidatos a las variadas y hasta extrañas “gobernanzas” que vienen. Perder el poder tras disfrutarlo es más duro que no alcanzarlo.

Muy pocos, por no decir que ninguno, de los que lo sufrirán habrán leído el “Apocalipsis”. Y es muy poco probable que hayan visitado los versículos de Lucas y Mateo, dos de los evangelistas más citados en estos últimos dos mil años. Conocen la frase pero no la relacionan con su origen y su completo sentido: va dirigida a los grandes pecadores y a su expulsión del reino de los cielos.

Trasladado a la política, va dirigida a todos aquellos que han gozado de los privilegios que ofrece la vida pública, ya sea en gobiernos autonómicos o locales, y que a través de las urnas y las sumas cruzadas de las credenciales obtenidas, los pierden y pasan a la condición de “parados” en busca de inciertos o imposibles destinos.

La lista de aquellos a los que les espera el “lago que arde con fuego y azufre” y que aparece en los textos bíblicos es para asustar, como poco, y para echar a correr si el temblor de piernas lo permite: “ los cobardes, incrédulos, inmorales, idólatras, hechiceros, mentirosos...”. Seguro que conocemos a más de uno/a que encaja en alguno de estos apartados.

Pecar de forma mortal en política es perder, el resto es venial y se cura con unas buenas frases de arrepentimiento en algún medio de comunicación. Si se pierde, la velocidad de caída en el olvido es directamente proporcional a la altura que se haya alcanzado. Los presidentes alcanzan velocidades records y la lista con los últimos nombres incorporados va de Mariano Rajoy a Esperanza Aguirre pasando por Susana Díaz o Pedro Antonio Sánchez. Las posibilidades son tantas que cada uno puede añadir los que más les gusten.

Toca hablar en estos días de política pero es verdad que pueden aplicarse los mismos principios en el ámbito empresarial y social. Es lo que tiene vivir en Europa, concretamente en España, un país de raíces y creencias judeo cristianas tras dos mil años de civilización bajo el crucifijo y la espada.

Ese gran lago político de fuego y azufre que tanto asusta a los candidatos y a sus jefes nacionales tiene su epicentro en Madrid. En la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento, pero también en el Congreso y en el Senado, que son las dos Cámaras en las que van a vivir bajo el olor a Mefistófeles durante toda la Legislatura. Meritxell Batet y Gloria Elizo verán más de una vez a Santiago Abascal con cuernos y rabo, y a Albert Rivera como al angel caído que se ha pasado al enemigo.

¿Qué pasará con los seis concejales huidos de Podemos y pasados con armas y bagajes a las siglas de la alcaldesa Carmena si el gobierno de la capital pasa a manos de las tres derechas?. Fuego amigo van a recibir. Y hasta azufre si su deserción y la de Iñigo Errejón le hace perder a la izquierda ese gobierno de la Comunidad que acaricia con las manos tras un cuarto de siglo de ausencia. Las venganzas de los humanos son tan crueles como las de los dioses.

Desde el lado opuesto, es fácil de pronosticar lo que harán Aguado, Villacís, Díaz Ayuso y Martínez Almeida si no consiguen el poder. Se mantendrán en la oposición. Algo que, de forma más suave, les ocurrirá a Monasterio y Ortega Smith. El alcance y profundidad del lago en el que pueden caer Pablo Casado y Pablo Iglesias es difícil de medir. Su liderazgo estará en cuestión, más el del primero que el del segundo. Y habrá mucho olor a azufre.