El Ministerio Público en su escrito de acusación considera que golpearon de forma "desproporcionada" al otro acusado, causándole la perforación de un tímpano
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita cinco años de prisión para dos policía locales de Arganda del Rey y un conductor ebrio tras golpearse entre ellos en una pelea en 2010.
En el caso de los agentes, el Ministerio Público entiende en su escrito de acusación que golpearon de forma "desproporcionada" al otro acusado, causándole la perforación de un tímpano.
El juicio arrancará este martes en la Audiencia Provincial de Madrid y el Ministerio Público solicita para el conductor un año de prisión por un delito de atentado a consecuencia del enfrentamiento que mantuvo con dos policías locales de Arganda. Además, se plantea una multa de 9 meses a razón de una cuota diaria de 10 euros por el delito de conducción alcohólica.
A su vez, el representante del Ministerio Público reclama 23 meses de prisión por un delito de lesiones para cada uno de los agentes que posteriormente golpearon de manera "desproporcionada al otro acusado" porque concurre la circunstancia agravante del carácter público.
Los hechos tuvieron lugar la madrugada del 2 de mayo de 2010 cuando el conductor circulaba con su vehículo en la A-3 a la altura de Arganda del Rey cuando perdió el control del coche debido a la ingesta de alcohol que presentaba y chocó contra otro vehículo que circulaba correctamente.
El acusado, sin embargo, prosiguió su marcha hasta Arganda del Rey donde unos agentes de la Guardia Civil le vieron circular a gran velocidad haciendo maniobras de derrape, según expone el Ministerio Público en su escrito de acusación.
Tras darle el alto, los agentes de la Policía Municipal le practicaron la prueba de alcoholemia que resultó positiva (0.89 miligramos de alcohol en sangre) por lo que le solicitaron que les acompañara voluntariamente a dependencias policiales para a efectos de realizar otra prueba con otro aparato de mayor precisión.
Una vez en el vehículo policial, el acusado, "con sus facultades intelectivas y volitivas ligeramente mermadas por la intoxicación etílica", comenzó a golpear a un agente.
A raíz de la trifulca el otro agente tuvo que detener el vehículo para ayudar a su compañero y engrilletar al acusado "de constitución corpulenta".
Fue entonces cuando los dos policías locales y, "de manera desproporcionada", propinaron varios puñetazos al detenido que, entre otras lesiones, le provocaron la perforación del tímpano izquierdo.
Una vez en comisaría le volvieron a practicar la prueba de alcoholemia que arrojó un resultado positivo de 0,95 miligramos alcohol por litro de sangre.