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Cada madrileño pagó un impuesto revolucionario por su piso

Lo que está contando el constructor David Marjaliza al juez es la misma historia que puede leerse en la hemeroteca de muchos periódicos de hace quince o veinte años. No lo contaba El País o El Mundo, convertidos en periódicos oficiales del bipartidismo PP-PSOE, pero lo hacían otras publicaciones como Interviú e incluso periódicos locales como “Crónica de Madrid”. Marjaliza, que había sido concejal del PP en Valdemoro, se buscó un socio del PSOE, Cápita, y arrasaron en los ayuntamientos del sur de Madrid, pagando comisiones millonarias a los partidos, a los alcaldes y a los concejales. El modus operandi era siempre el mismo: a cambio de la recalificación del suelo en el PGOU tanto dinero. De esta manera los partidos presentes en el Ayuntamiento costeaban sus campañas electorales y algunos de sus dirigentes se hacían ricos.

Lo que nadie ha destacado todavía .pero también está contado por Marjaliza y por muchos otros constructores madrileños, es que para financiar esas comisiones ilegales, los promotores inmobiliarios las cargaban a los pisos que vendían a los madrileños, es decir que si una vivienda nueva podía vender a 15 millones de las antiguas pesetas, el constructor cobraba, sin que nadie protestara, trescientas, quinientas y hasta un millón de pesetas más.

Si los ciudadanos que compraron esas viviendas se pusieran las pilas podrían reclamar a esos constructores el “impuesto revolucionario” que tuvieron que pagar para que éstos a su vez se lo dieran a los partidos políticos y/o a sus dirigentes. Bastaría que un juez llamara a declarar a los constructores inmobiliarios para que se destapara el melón que nadie quiere abrir.

Y para más inri, los constructores que se negaban a pagar ese “impuesto revolucionario” -estilo ETA- eran rechazados por los Ayuntamientos y sus recalificaciones eran negadas una y otra vez. Pero ni nadie protesta ni a nadie le extraña. Ni siquiera a los partidos nuevos. Es más fácil seguir la corriente e ir a la bajada de la Virgen, al fútbol o a los homenajes a los caídos por dios y por españa.