Pablo Isla, un jefe de bronce

La batalla de las oposiciones a la Abogacia del Estado en 1988 la gano con el numero uno y con 24 años en el carnet de identidad. A Pablo Isla le faltaban otros 27 màs para que desde Harvard le designaran como el tercer mejor CEO del mundo, una medalla de bronce que premiaba su presidencia del imperio Zara y el haber convertido a su principal accionista en uno de los cinco hombres mas ricos de este planeta. Antes de llegar a Inditex en 2005 y dedicarle su buen hacer a Amancio Ortega, este madrileño alumbrado un 22 de enero ya habla pasado por el gran mundo del tabaco en Altadis, se habia casado, tenia tres hijos y se ponia orejeras para no escuchar los cantos de sirena de la politica. Ha dejado atras a Florentino Perez y a Iñigo Meiras, los otros dos espańoles seleccionados entre 900 empresarios de 19 paises. Discreto y sin querer convertirse en modelo y objeto de deseo de ninguna generacion de hambrientos jovenes aguerridos, se curo en salud viendo lo que le habia pasado a otro abogado del Estado, con el numero uno a sus espaldas por querer hacer mas caso a la ambicion que a la prudencia.