Las obras, que durarán dos meses y medio, fueron suspendidas por las protestas vecinales
El Ayuntamiento de Getafe ha comenzado este martes las obras de acondicionamiento y reforma de la plaza Tirso de Molina, así como las de adecuación y regularización del aparcamiento para residentes, que se paralizaron el pasado mes de junio por las protestas vecinales.
Las obras, que durarán dos meses y medio, se adjudicaron por parte del anterior Gobierno y se paralizaron y consensuaron con los vecinos por el actual Ejecutivo municipal en una asamblea en la que pudieron presentar sus propuestas.
Desde el Ayuntamiento han señalado que, de esta manera, la obra responde a muchas de las peticiones vecinales, ya que la modificación ha consistido en la redistribución de los elementos superficiales de la plaza para conseguir la liberación de espacio pavimentado para el desarrollo de actividades colectivas.
Además, se ha incluido un banco perimetral corrido, y se ha reducido en altura del muro quebrado acompañado de jardineras, que se había proyectado para aislar la plaza de ruidos de tráfico y proteger de la rampa de acceso al aparcamiento situada en la calle Lope de Vega.
El Ayuntamiento de Getafe ha recordado la importancia de consultar a los vecinos en obras tan importantes como las de Tirso de Molina, "de tal forma que se puedan llevar a cabo proyectos consensuados que realmente respondan a las necesidades de los diferentes barrios de Getafe".
Las obras consisten en la repavimentación de la plaza, la mejora de las zonas verdes mediante aumento de parterres y aumento de la vegetación, la creación de nuevas zona para estar, y la sustitución del mobiliario urbano existente por un banco corrido, bancos lineales y bancos circulares.
Asimismo, se mejorará la estética general de la plaza con elementos de diseño, como un muro decorativo con rótulo con el nombre de la plaza y parasoles artificiales.
La empresa municipal Getafe Iniciativas (GISA) adjudicó a principios del pasado mes de junio las obras de remodelación a la empresa Constructora de Servicios Públicos S.A. por unos 400.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses y medio, dentro del denominado Plan Urban de regeneración del barrio de La Alhóndiga cofinanciado por la Unión Europea.
Los vecinos comenzaron las protestas a principios del pasado mes de mayo al considerar que el proyecto pretendía convertir la plaza "en un espacio cerrado, poco accesible, y que no permitía su utilización para la vida cotidiana del vecindario, rompiendo por completo la identidad cultural que caracteriza al barrio", pero el anterior Gobierno municipal continuó adelante con el proceso de adjudicación tras las elecciones municipales.
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