Los españoles prefieren lo malo conocido

El resultado de las elecciones municipales y autonómicas se han planteado como un primer referéndum sobre el bipartidismo y la clase política de la reforma del franquismo -que no ruptura- y su tránsito a la democracia. Las nuevas generaciones no aceptan como dogma general que esa transición fuera ni tan buena ni tan generosa, ni tan pacífica, pero si el PP y el PSOE aguantan y no se hunden se agarrarán a esa victoria pírrica y proclamarán que el pueblo soberano les ha vuelto a elegir a ellos frente a los nuevos partidos anticorrupción, anti casta y anti cuentos de caperaucita roja y el lobo feroz. En una palabra que la gente habrá preferido lo malo conocido que lo bueno por conocer.

Tras la muerte del dictador Franco, los autores de la reforma del fascismo español en democracia atizaron el miedo a una nueva guerra civil o a una represión brutal, que había fusilado a cinco antifascista poco antes de la muerte de Franco, para conseguir un apoyo masivo al cambio dirigido desde arriba. Ahora el miedo vuelve a ser la mejor arma del PP y del PSOE para conseguir un aval popular frente a los que quieren cambiar unas pocas cosas del sistema, nada del otro mundo, pero, por si acaso...