La final de Copa, en el Camp Nou

Las dos entidades solicitaron el Santiago Bernabéu en primer lugar, pero el Real Madrid se negó a ceder su estadio. De esta forma, el Athletic propuso Sevilla y el FC Barcelona optó por Valencia, un desplazamiento más cercano en su caso.

Sin embargo, la falta de acuerdo llevó a la Junta de la RFEF a proponer Barcelona o Bilbao como sedes. Al ser la opción elegida, se procedió a votar entre el feudo de los vascos o el de los catalanes. Finalmente venció el Camp Nou con 26 votos a favor. San Mamés obtuvo 18 y dos fueron en blanco.

La decisión fue anunciada por Antonio Suárez, presidente de la Comisión de Finales de la RFEF tras largas horas de reunión en las que el FC Barcelona estuvo representado por Albert Soler, director de Relaciones Institucionales y Javier Bordas, directivo del Área Deportiva, quienes manifestaron el rechazo del Barça a celebrar la final en su estadio.

Algo que parece tampoco le convencía al Athletic, que prefiría evitar tener que jugar en su estadio. Los bilbaínos, segundo club con más títulos coperos, estuvieron representados por su presidente Josu Urrutia y a su director general, Jon Berasategui.

De esta forma, el Camp Nou albergará la cuarta final copera de su historia después de las de 1963, 1970 y 2010, y será la segunda que tenga al equipo culé como uno de los finalistas, siendo campeón en aquella primera ocasión.

El estadio del FC Barcelona, con una capacidad de 99.354 personas, es el más grande de Europa y permitirá a ambos clubes recoger más beneficios y permitir que más aficionados presencien el choque. Se prevé que cada club pueda disponer de 35.000 entradas para sus seguidores. El resto serán para patrocionadores y compromisos federativos.

La última vez que el coso barcelonista acogió la final de Copa del Rey fue en la temporada 2010, aunque en esta ocasión el partido enfrentó a Atlético de Madrid y Sevilla, siendo los andaluces los ganadores (2-0). Esta edición de 2015 será la primera para Felipe VI, que ha presenciado otras finales como Príncipe, pero nunca como Rey.