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El Podemos andaluz: una IU renovada que sirve para poco

Pablo Iglesias tenía una idea clara desde el principio: en este sistema o ganas o no sirve para nada. El ejemplo de Izquierda Unida durante toda la transición es la prueba palpable de que la oposición minoritaria en el Congreso no ofrece posibilidad alguna para cambiar las cosas. Los partidos minoritarios sólo tienen que aguantar el tipo durante los discursos y “aquí paz y después gloria”. El propio líder de Podemos lo decía muy claro: es muy cómodo tener un programa revolucionario sabiendo que no puedes aplicarlo. Los simpatizantes de IU ya se habían dado cuenta que algunos de sus líderes vivían muy bien en la oposición minoritaria salvando la cara en los discursos y algunos, como Angel Pérez, riéndole las gracias al jefe Gallardón, en Madrid.

Eso es lo que ha hundido a IU y lo que puede acabar con Podemos si finalmente es recluido en ese 14,84% que ha sacado en Andalucía y que sólo le alcanzará a Teresa Rodríguez para lanzar grandes discursos pero no para torcer el brazo de Susana Díaz que, en las cosas importantes, contará con el apoyo de Ciudadanos, un partido de markenting, o incluso del PP.

El resultado conseguido en las elecciones andaluzas solo le sirve a Podemos para convertirse en una Izquierda Unida renovada, cosa que está muy bien, pero con pocas posibilidades de conseguir algo de lo prometido a sus electores. Los líderes de Podemos van a tener que aplicarse mucho en las elecciones municipales y autonómicas para demostrar que ese 15% no es el techo de la España que quiere cambios de verdad.