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Políticos paniaguados

En la Edad Media, los monasterios conseguían trabajadores externos seglares a cambio de “pan y agua”. De ahí salió la palabra “paniaguado” que no significa ser un trabajador explotado, como hubiera sido lógico, sino que designa a los individuos que son “allegados a una persona y favorecidos por ella”. Es decir un “enchufado” que decimos ahora. Los últimos acontecimientos ocurridos en los grandes partidos españoles demuestran bien a las claras que tenemos unos políticos que de Política y de personalidad tienen muy poco, y que son simplemente allegados a la persona del mandamás de turno que les favorece cuando quiere y les retira su apoyo cuando le conviene, sin que nadie se rebele.

Paniaguados son todos los dirigentes -y la mayoría de militantes- del PSOE que han aceptado sin rechistar el que Pedro Sánchez eliminase de un plumazo al secretario general del PSM, Tomás Gómez, y que éste, tras unas primeras bravuconadas, se fuera con el rabo entre las piernas.

Paniaguados son los dirigentes del PP madrileño, a pesar de las bravuconadas de Esperanza Aguirre, que aceptan sin más que el “dedo” de Rajoy sea quien decida quienes van a ser los candidatos sin la más mínima protesta. Paniaguados y cobardicas.