La camorra napolitana intenta infiltrarse en España en la policía municipal

La camorra napolitana intenta infiltrarse en España en la policía municipal

lunes 26 de enero de 2015, 11:23h
La Guardia Civil ha detectado una novedad en sus actividades: recientemente son los propios italianos los que se hacen cargo de lo que se denomina "el control de plazas", es decir, vigilar personalmente sus puntos de venta de droga


El Instituto Armado ha aumentado en los últimos años su colaboración con las autoridades de Italia en la persecución de estas organizaciones llegando a detener a casi un centenar de individuos desde 2007. Muchos de ellos son en el marco de operaciones conjuntas con Carabinieri, haciéndose detenciones a la misma hora en los dos países, siendo detenidos en Italia un total de 189 camorristas.

LAS SEGUNDAS GENERACIONES

Esta cooperación no ha hecho que se reduzca la presencia de estos delincuentes en España, "pero sí que actúen con mucha más cautela". Pese a ello, la Guardia Civil ha detectado una novedad en sus actividades: recientemente son los propios italianos los que se hacen cargo de lo que se denomina "el control de plazas", es decir, vigilar personalmente sus puntos de venta de droga, una tarea que hasta ahora recaía sobre otras personas a sueldo de estas organizaciones, generalmente marroquíes. La irrupción de las segundas generaciones de camorristas italianos en España habría contribuido a este fenómeno. Significa un paso más en su implantación en territorio español, especialmente en Canarias y Baleares.

Un total de 93 mafiosos detenidos desde 2007, numerosas operaciones como la 'Laurel', la 'Calzone', la 'Paganini'... decenas de viviendas, coches de lujo, grandes cantidades de dinero incautadas... estos son los resultados del Grupo de Huidos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. La placa del Instituto Armado se aprecia en una de las paredes de la sede del Comando Provincial de Carabinieri de Nápoles como señal de reconocimiento. No fue fácil llegar a ganarse ese respeto: "nadie en Italia compartía información, no se fiaban, saben que la mafia es absolutamente permeable al entorno social, político y policial".

La Guardia Civil empezó a ganarse esa confianza con la primera detención. Fue en Toledo, Marco Assegnati. "Yo mando más que tu", le dijo al guardia civil que le arrestó. Eso fue antes de recomendarle al agente que leyese el libro 'Gomorra', del italiano Roberto Saviano por las que el escritor lleva años viviendo con protección por las amenazas de muerte.

UN CLAN POR CADA BARRIO

Assegnati era el jefe del clan Nino, una de las decenas de familias que asolan la región napolitana de la Campania y cuyos nombres se han tenido que aprender a la fuerza los investigadores españoles: Di Lauro, Mazzarella, Guiliano, Malardo, Contini... "hay uno por cada barrio, hasta uno que les llaman los Españolistas porque tras una guerra interna se separaron de su matriz y vinieron a España".

Seguramente la detención más relevante fue la de Giuseppe Polverino en 2012. Capo máximo del clan con su mismo nombre y originario de la región napolitana de Marano, donde "todo es suyo". Le estuvieron buscando durante tres años, le siguieron los pasos primero en Tarragona. Allí se estaba levantando un chalet para vivir con su amante brasileña y había mandado construir un zulo entre la primera y la segunda planta.

Tras el arresto de uno de sus lugartenientes huyó a Alicante, donde la mala suerte le alertó de que le estaban pisando los talones. "Fuimos a tomar café con dos carabinieri al mismo café donde estaban dos de sus hombres. Ellos escucharon hablar italiano y se alertaron, llamaron a sus contactos en las fuerzas de seguridad italianas y les chivaron que les estaban buscando en España". Su siguiente destino fue Málaga y finalmente este escurridizo capo cayó en Jerez de la Frontera.

200.000 EUROS EN EL AIRE ACONDICIONADO

Cuando fue detenido tenía 200.000 euros en metálico en el aparato del aire acondicionado. Ofreció un millón de euros a los agentes que le detuvieron para que le dejasen ir (Italia cifraba su fortuna en mil millones de euros), pero su oferta no fue aceptada. Contaba con 30 teléfonos móviles con un nombre escrito en cada uno de ellos. Eran los nombres de su gente y usaba un terminal para cada uno.

Tras enemistarse con uno de sus hombres de confianza, Fabio Allegro, Polverino le invitó a una reunión en Nápoles. "Pero Allegro ya sabía para qué era esa reunión y evitó su muerte enviando a su segundo", relatan los investigadores. El detalle no es menor pues, según las fuentes consultadas, estos clanes nunca llevarían a cabo una ejecución en España para no echarse encima a las autoridades.

Investigar estas actividades también ha llevado a los expertos de la Guardia Civil a familiarizarse con la jerga de estos grupos: 'pizzo' (el 'impuesto' a cambio de seguridad), 'paranzas' (comandos en los que se divide un clan), 'puntata' (la parte que invierte cada uno en una negocio), 'hacer la cresta' (engañar al capo, como hizo Allegro).

LAS CUATRO ORGANIZACIONES

"Lo primero que hay que tener en cuenta es que, aunque por las películas pensamos que todo es La Mafia, en realidad ese nombre sólo corresponde a los clanes sicilianos, también conocidos como Cosa Nostra. Luego en Nápoles está La Camorra, en Calabria la Ndrangheta y luego está la Sacra Corona Unita, la menos poderosa y ubicada en la región de Apulia", explican estas fuentes. Cada una tiene su idiosincrasia. Según un informe en poder del Ministerio del Interior italiano, "se considera España como el país del mundo con mayor implantación del crimen organizado italiano además del único en el que se han establecido de forma significativa las cuatro organizaciones".

Llegan a España porque es la puerta de Europa en materia de tráfico de drogas, porque es un buen destino para quien quiere a retirarse y porque durante años las inversiones eran libres, "si tenías dinero, nadie preguntaba". "También porque antes se sentían más seguros, pero ahora eso ha cambiado", añaden los investigadores. Al llegar aquí buscan el apoyo de empresarios locales, banqueros, abogados...

"A la Camorra la llaman el sistema porque está metida en la sociedad. Si hay crisis en la sociedad, ellos pierden dinero. Lo que hacen es un efecto telaraña. De forma legal se meten en empresas legales. Hay empresas que necesitan dinero, piden dinero, ellos se lo dejan y un buen día llaman a tu puerta: 'mira que tu eres el jefe pero el que manda y decide soy yo, vas a seguir cobrando y trabajando, pero el que mando soy yo'. Y desde esas empresas empiezan a invertir en otras empresas sin figurar en ninguna parte. Una vez entran, ya no se van", advierten las fuentes consultadas.
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