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Un policía en Interior

La Ley Mordaza, que el Gobierno ha llevado a las Cortes es la obra cumbre de un ministro, Jorge Fernández, que ha venido actuando desde que su amigo Mariano Rajoy le ungió en el cargo como un auténtico policía más que como un político. Se supone que el Ministerio del Interior, desde que abandonó su nombre franquista, “de Gobernación”, está para ayudar a los ciudadanos a participar en la vida pública y no para impedírselo como ha hecho Fernández desde que asumió el cargo, con la meritoria ayuda de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que va de “progre”, pero que ha venido abogando casi siempre por impedir el derecho de manifestación, una de las pocas cosas en las que la transición política rompió con el franquismo.

Si en España hubiera una verdadera democracia habría ya más de diez y más de veinte policías antidisturbios procesados por pegar a los ciudadanos. Mientras a los políticos españoles se les llena la boca defendiendo a los opositores venezolanos, a ninguno de los miembros del 15-M que ha sufrido los palos de la policía y a los que un fiscal les pide 72 años de cárcel, se le ha ocurrido ir a pedir apoyo a la mujer de alguno de esos opositores al chavismo para que interceda ante Rajoy. Cosas de España donde alardeamos de perseguir los crímenes de las dictaduras chilena y argentina, pero donde nos negamos a entregar a los autores de crímenes en el franquismo.