www.cronicamadrid.com

Europa, el cuento de la lechera que no cuela

Por José Manuel Pazos

Menos mal que la Comisión pospone la decisión, porque en otro caso ya tendría que haberse iniciado un procedimiento sancionador a Francia por incumplimiento fiscal en 2014. Italia y Bélgica irían detrás, pero en este caso con referencia al presupuesto de 2015, de modo que tendrían más tiempo para corregirlo. En la lista de incumplidores fiscales hay cuatro países más, entre ellos España, pero es Francia quien está más cerca de ser el primero en ser multado por esta causa.

Mientras el ministro de Economía español, Luis de Guindos, rechaza las dudas de la Comisión y le recuerda su error a la hora de pronosticar el crecimiento español en 2014, el primer ministro francés, Manuel Valls, intenta excusarse por carta aludiendo a la gravedad de la situación económica. Hasta marzo no volverán a analizar la situación las autoridades comunitarias, tiempo que Francia tiene para demostrar que toma medidas efectivas para alcanzar los objetivos de déficit.

El presidente de la Comisión asegura que la UE está ante su "última oportunidad" para devolver a la economía comunitaria a la senda del crecimiento

Gastos sanitarios, pensiones y reforma impositiva son los campos donde la Comisión pide atención a los franceses. A España, el reproche le llega por 4.000 millones de ingresos que a Bruselas le faltan y que el Gobierno argumenta en su previsión de mayor crecimiento. A la Comisión le parece agresiva y electoralista la reforma fiscal española e insiste en su recomendación de subir el IVA. En el otro extremo, Alemania. Presenta su primer presupuesto equilibrado desde 1969 y es requerida por la Comisión para incrementar la inversión.

Si este es el panorama en el lado de los ajustes, en el de los estímulos la situación dista de ser más dulce. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, refiere que la UE está ante su "última oportunidad" cuando defiende el plan de inversiones que debe devolver a la economía europea al crecimiento. Según explicó sin muchos detalles la semana pasada, pretende movilizar 315.000 millones, pero resulta que menos de un 7% son fondos públicos, que responden a fondos ya existentes en un 70% y el resto han de venir del Banco Europeo de Inversiones. En resumen, "quien te crea, que te compre", o lo que es lo mismo, que el BCE nos acompañe.

Los emergentes y el populismo

Veremos el jueves el entusiasmo que en el presidente del BCE, Mario Draghi, despierta el EFSI (Fondo Europeo de Inversión Estratégica), pero todo indica que va a tener que seguir haciendo esa labor de mago que, hasta la fecha, ha permitido a los mercados creer que lo que la Comisión no puede el BCE lo hace posible. Sin embargo, no hace falta estar muy dotado en las ciencias del pronóstico para adivinar que no será europeo el dinero que pase a ocupar el puesto que ocupaban los dólares del QE norteamericano, asunto éste de suma importancia en el devenir del tipo de cambio del euro frente al dólar.

Emergentes como Brasil renuncian al populismo para intentar recuperar la confianza de los inversores y mantener el grado de inversión de su deuda

Es posible que este argumento de la menor disponibilidad de dólares que no ocuparán los euros forme parte de la lista de los que la recién elegida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha tenido en cuenta para nombrar su nuevo equipo económico. Es sabido que si hay menos dinero en el sistema, los emergentes sufren primero. Cambio radical de estilo, pasando de una política de "pleno empleo e incrementos de salarios" del primer mandato, a otra destinada a eliminar el déficit fiscal y permitir el descenso de los exorbitantes tipos de interés en el segundo. Tal es el cambio, que el recién derrotado candidato presidencial, Aécio Neves, se refería al nuevo ministro de Economía, Joaquim Levy, como "un alto ejecutivo de la CIA situado al mando de la KGB".

Así que mientras que a los norteamericanos no les va mal porque ellos apenas venden fuera un 13% de su PIB y en Europa continua abonándose el germen del populismo, emergentes como Brasil renuncian al populismo para intentar recuperar la confianza de los inversores y mantener el grado de inversión de su deuda. No en vano, siempre se ha dicho que la pesca es mejor al otro lado del río.
Europa, el cuento de la lechera que no cuela