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Cambio de ciclo y abismo generacional

Una de las cosas que más influyó en la crisis del franquismo fue el abismo generacional que se abrió entre los dirigentes de la dictadura -la mayor parte de ellos con edades superiores a los 50 años- y las nuevas generaciones de jóvenes que comenzaron a llegar a las fábricas y a las universidades que, poco a poco, se convirtieron en los centros del cultivo anti sistema. Cuando los jóvenes dejan de conectar ideológicamente con sus padres y abuelos se abre una brecha muy difícil de cerrar. Algo de eso está ocurriendo tras casi 40 años del sistema que se impuso en la transición. No es solo la crisis económica, que también, no es solo la corrupción, que también, sino que las nuevas generaciones reclaman urgentemente un cambio de ciclo vital.

A muchos de los viejos este afán de los jóvenes por encontrar soluciones nos parecen tontas y hasta inútiles, pero es una marea que se llevará por delante a todo el que se oponga. El Rey Juan Carlos lo sintió en sus carnes cuando vio que ya nadie se reía con sus chistes como lo habían hecho Carrillo o Alfonso Guerra, por poner dos ejemplos distinguidos. Guerra, listo como siempre, ya ha dicho que se va también voluntariamente porque al igual que el Rey ha notado que nadie le tiene en cuenta.