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El ébola: ¿un nuevo Prestige”

Ya se sabe que en España las elecciones no las gana un partido, las pierde el que gobierna. Aznar no venció en 1996 a Felipe González, sino que fue éste, tras casi trece años de gobierno el que las perdió. Por medio estaban los mayores escándalos que ha habido en la transición española del franquismo a un régimen capitalista homologado: Gal, fondos reservados, chanchullos económicos y financieros controlados por el propio gobernador del banco de España, Mariano Rubio, y un largo etcétera. Más o menos lo mismo que ahora. Tampoco ganó Zapatero las elecciones de marzo de 2004, las perdieron Aznar y Rajoy. Por medio estaban el asunto del “Prestige” y la foto de las Azores para apoyar la Guerra contra Irak, que luego provocó los atentados yihadistas del 11-M en Madrid y el empeño en adjudicárselos a ETA.

El trato que el Gobierno de Rajoy está dando al asunto del “Prestige” se parece y mucho a lo que está ocurriendo con el “caso del ëbola” en estos momentos. Una ministra de Sanidad que ni siquiera se ha acercado al Hospital San Carlos para ver a la víctima Teresa Romero, un consejero de Sanidad de Madrid que le echa la culpa a la auxiliar, un presidente del Gobierno que no quiere dar la cara. Entre todos están cociendo una situación que solo puede beneficiar al principal partido de la oposición -todavía, el PSOE y a un Pedro Sánchez al que cada vez se le está poniendo cara de ZP. La única diferencia es que en las próximas elecciones participa un nuevo partido, Podemos, que será finalmente el que decida quien gobierna, al estilo que han jugado en anteriores comicios los partidos nacionalistas, CiU y PNV. poniendo cara de ZP. La única diferencia es que en las próximas elecciones participa un nuevo partido, Podemos, que será finalmente el que decida quien gobierna, al estilo que hamn jugado en anteriores comicios los partidos nacionalistas, CiU y PNV.