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Un brindis por la cerveza


Cuando pensamos en Inglaterra hay una protagonista que enseguida aparece en escena, la cerveza, pero...¿Sabemos por qué la cerveza es un bien tan preciado? Si miramos atrás descubrimos que esta bebida nos ha dado más que buenos momentos al salir del trabajo.

En Londres el zumo de cebada es una de las bebidas más populares. Aquí no tenemos cañas, pero no las echamos mucho de menos gracias a las pintas, medida oficial de Inglaterra que equivale a 556 ml de cerveza. Tampoco tenemos el típico vaso bajo o el de tubo, tenemos tantos vasos como tipos de cerveza haya en el pub al que entremos ya que cada una necesita el suyo. Esto no se hace porque los ingleses sean muy exquisitos, si no porque la forma del vaso ayuda a conservar el aroma de la cerveza. Si os dan un vaso ancho es porque es muy aromática y necesita respirar bien, pero si no tiene mucho aroma vendrá en un vaso ovalado y más cerrado.

Aquí podemos encontrar cervezas de todas partes del mundo, las free houses eligen que marcas quieren servir con lo que en cada una veréis distintos grifos y si queréis daros un capricho, podéis probar una Vielle Bon Secours, la cerveza más cara del mundo cuya botella cuesta mil dólares y sólo se vende en esta ciudad. En Londres como en muchos otros lugares, parece casi imposible andar 20 metros sin encontrar un sitio en el que disfrutar de la cerveza, y esto no es de extrañar si pensamos en que esta bebida lleva acompañándonos desde que los humanos éramos nómadas. Un día unos cazadores se dejaron cebada en una vasija y al llover, la cebada se hinchó y se crearon los azúcares, volvió a llover y... ¡La cerveza llegó a nuestra existencia! La cebada se había convertido en CO2 y alcohol y a los cazadores les encantó este brebaje. A partir de ese día comenzaron a crearla y alrededor de esta bebida se asentó la primera civilización de nuestra historia, la mesopotámica.

Esta bebida no siempre ha sido un simple acompañamiento para la comida o un habitual en nuestras salidas de ocio, hubo momentos, como el de la civilización egipcia, en el que era una fuente de energía indispensable. Todos los egipcios bebían cerveza a diario, incluso los niños tomaban un poco en el desayuno. Los esclavos que construían las pirámides la utilizaban como bebida energética y llegó a convertirse en su salario. Además, la cerveza egipcia servía de medicina, ya que llevaba tetracilina, un antibiótico que la hacía aún más imprescindible. ¿Será la cerveza el secreto de una de las maravillas del mundo?

La ciencia también le debe mucho a la cerveza, ya que el famoso científico Louis Pasteur estaba de lo más intrigado por saber el motivo por el que la cebada se echaba a perder, por lo que comenzó a estudiarla y descubrió que estaba viva. En ella habitaban unos seres hasta entonces desconocidos, las bacterias. Pasteur fue mas allá llegando a la conclusión de que que si estaban ahí podían estar en el cuerpo humano. De aquí la nace la teoría bacteriana, a raíz de la cual se crearon las vacunas. En este caso sí que podríamos decir que la cerveza “lo cura todo”.

Finalmente, la cerveza juega un gran papel en el hecho de que exista la refrigeración. Esta bebida tan veraniega en sus inicios no se podía fabricar durante la época más calurosa del año, lo que causaba pérdidas para los productores. Los vendedores invirtieron en investigaciones que dieran con el modo de refigerar su oro líquido hasta que finalmente en 1881 Carlo Von Linde inventó el primer refigerador. Esto llevó a que la cerveza comenzara a fabricarse a gran escala, produciéndose en serie e impulsando la industrialización.

Como podemos ver, la cerveza no se reduce sólo a ser el centro de muchas reuniones sociales y ratos de ocio, ya que ha hecho un gran servicio durante nuestra historia. Hoy en día crea turismo, esta ligada a la gastronomía y se ha desarrollado una cultura cervecera en la que, como si del mejor vino se tratara, hasta el modo de servirla, la espuma y el vaso en el que se tome influye en su calidad. Se ha ganado ser una de las bebidas más valoradas en Inglaterra y el resto del mundo por lo que, después de todo esto, podemos decir que hoy se merece que brindemos por ella.