Aguirre se niega a tirar la toalla

La presidenta del PP madrileño ha ido perdiendo todas las batallas que ha lanzado ya fuera contra Rajoy -por la subida de impuestos- como contra la oposición -por la privatización de la sanidad- pero se niega a tirar la toalla siguiendo el ejemplo de Rubalcaba, que ella misma ha valorado como un paso que le honra. Ahora trata de forzar la proclamación de candidatos para la Comunidad de Madrid y para el Ayuntamiento. Se trata de su última posibilidad de volver al poder que abandonó tras los varapalos que le llegaban de Rajoy, que además ya le recomendó en el Congreso de Valencia (2008) que se marchase del PP y crease su propio partido liberal.

Si pierde su oportunidad de convertirse en candidata al Ayuntamiento de Madrid habrá llegado al final de su trayectoria politica definitivamente. Para hacerlo tiene que acabar con otra candidata que se juega el todo por el todo, Ana Botella, cuyo mejor mérito es ser la mujer del todopoderoso José María Aznar, pero que sabe acomodarse mejor a la “fórmula Rajoy”.

Llegado el momento, Aguirre ¿estaría dispuesta a intercambiar a Botella la Comunidad por el Ayuntamiento? De la lideresa puede esperarse cualquier cosa, pero esa solución parasaría por cargarse ella misma a su delfín Ignacio González, pero puestas las cosas como están, todo es posible. Un síntoma de las flaquezas que asoman ya en Aguirre es que los periodistas acuden cada vez menos a sus hirientes ruedas de prensa, pero todavía le quedan algunas balas que disparar, la más importante el miedo que puede cundir en el PP a perder la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.