Descubriendo a Gallardón




EL REY A LA FAENA

“Otro en mi lugar estaría de baja”. Es la frase de la semana. Y va más allá de un caso personal. El Rey se sube al avión con un grupo de empresarios para vender España en Rusia. El Rey vende helados en el Polo Norte si hace falta. Esto lo hace muy bien y en estos tiempos se le debe agradecer. En el caso del Rey están muchos otros, sobre todo empresarios que preveían una vejez tranquila a la vera de un río o en aguas de Marbella mientras los hijos se hacían cargo del negocio. La crisis les ha golpeado, como a todos, y ahora se ven en la obligación de tirar del carro, aprovechar su experiencia y sus contactos para salir fuera, buscar oportunidades, y no dejar de trabajar ni un minuto porque la urgencia de la situación así lo requiere. Es cierto, cualquiera en su lugar estaría de baja. Pero los tiempos no están para reposos, ni mucho menos. Y toca subirse a un avión y utilizar todas las armas para conquistar el mercado exterior, porque el interior lo tenemos perdido. El Rey reúne en su frase a toda una generación que no tendrá descanso.

LÍOS DE ANASAGASTI

Desde que dejó el Congreso, a Iñaqui le cuesta cada vez más salir en los papeles. Por eso no duda en meterse en todos los charcos que puede, y liarse la manta a la cabeza con peleas con gente célebre. Iñaqui se ha enzarzado esta semana en una ensalada de mamporros con Arturo Pérez Reverte, otro al que le agradan los callejones y las navajas, aunque sean dialécticas. Anasagasti le ha llamado fascista, que es lo que suele decir los nacionalistas cuando cuestionas su ideología, o los métodos excluyentes que practican para imponer su punto de vista de fronteras y aldea. A Iñaqui ya solo le queda su blog y su Twister, donde se suele meter con el Rey. De don Juan Carlos ha dicho que es vago, y que no sirve para nada. Frases fuertes, como de piedra, que no esconden más que la necesidad de salir en los titulares por algo más que el tupé.

BONO Y SUS MEMORIAS

Ya están listas. Los más próximos las han leído. Son cientos de páginas y saldrán a la venta, con el sello de Planeta, el próximo otoño. Y quienes han hecho la primera lectura dicen que traen polémica, y que serán objeto de comentario durante meses, por lo que dice de unos y de otros, por los datos que revela, por las confidencias que ha escrito don José. Mientras tanto, Bono se mantiene discreto, en un tercer plano, siempre en la sombra, preparando una fundación que se encargará de velar por el buen nombre de España, por la marca nacional. Bono lleva meses preparando ese barco nuevo que quiere pilotar, y para el que cuenta con el beneplácito del Rey, y de algunos expresidentes y de muchos presidentes y consejeros delegados de grandes empresas. De política visible poca, pero cuando salgan las memorias, dicen algunos que le han ayudado a redactarlas o corregirlas, estará de nuevo en la primera línea de su partido, y de la política nacional. ¿Será un regreso? Yo creo que nunca se ha ido.

EL MISTERIO PUBLIO CORDÓN

Saltaba ufano a las pantallas el ministro del Interior. No era para menos. El misterio de Publio Cordón parecía revelado, deshecho, aclarado. Le encerraron en un armario, intentó escapar, cayó en la fuga y murió después de las heridas. Es lo que dicen los terroristas detenidos en su primera confesión. Falta el cadáver, ministro, y una autopsia en toda regla que determine cuánto tiempo pasó desde la caída hasta la muerte, para fijar el tiempo de la agonía, y la crueldad de unos secuestradores que fueron incapaces de llevarle a un centro sanitario y dejarle en paz. La familia dice que apenas puede contener el odio al conocer las circunstancias de la muerte de Publio. No era para ellos el último golpe. Luego vendría el juez Gómez Bermúdez a dejar en libertad a un par de terroristas del Grapo, con unas fianzas ridículas.

DESCUBRIENDO A GALLARDÓN

Llegó a Justicia como el gran reformador. Eligió a un fiscal general independiente, y restauró un Consejo General del Poder Judicial en sus horas más bajas. Dicen a Alberto que ha sido siempre el ojo derecho de Prisa, y de la familia Polanco, en el caso de que ese grupo tuviera un ojo en esa parte de su anatomía. Pero con la reforma de la ley del aborto Gallardón está descubriendo que en su interior habita un ser quizá atormentado por una conciencia que le dicta el no seguir los postulados de quienes apoyan una ley de plazos. Ahora Alberto nos sorprende con la idea de que la malformación del feto no puede ser un motivo para despenalizar el aborto. Los pro vida aplauden, la izquierda se rasga las vestiduras, y el periódico de los Polanco, ahora de Cebrián, le llama reaccionario y contrareformista. A Gallardón le sitúan ya en el Concilio de Trento. Sospecho que todavía nos quedan muchas cosas por descubrir en el oscuro interior del ministro de Justicia.

LA EXTRAÑA MUERTE DE PAYÁ

Dicen los testigos que había otro coche, que intentaban sacarles de la carretera. Osvaldo Payá ha muerto como en las películas de espías, en un accidente de coche. Con él se ha ido Harold Cepero. En el automóvil viajaba también Ángel Carromero, de las Nuevas Generaciones del PP. Dicen que ha salido con pequeñas heridas. Osvaldo era el principal disidente del régimen de los Castro, una voz con autoridad moral que se escuchaba más fuera de la isla que dentro, por aquello del férreo control de los medios que ejerce la familia Castro. Payá tuvo el Premio Sajarov en Europa, y no tuvo el Príncipe de Asturias en España por los complejos políticos, por no molestar a la Habana. Fuimos muchos los que firmamos su candidatura, y a algunos se nos dijo que los premios no entran en política. Una lástima. Ahora habrá que esperar a conocer los detalles de la investigación de una muerte extraña, muy extraña.

DE GUINDOS, Y EL RESCATE

Es curioso lo que le ocurre a este gobierno: cuando los ministros comparecen para explicar la situación, ésta ha cambiado tanto que las razones se quedan viejas, y es como si estuvieran hablando de hace unos años. La realidad corre como la centella, a la velocidad de la luz, y lo que valía hace unos minutos ahora se queda viejo. El éxito de Internet se basa en que es un medio que se adecua mejor al ritmo que tienen las cosas. De Guindos comparece para entrar en contradicción, consigo mismo y con Montoro, o con el gobernador del Banco de España, o con esos presidentes autonómicos que dicen que van a pedir un rescate y luego lo niegan, como ocurre en Castilla la Mancha y en Murcia. Ya nadie sabe qué es verdad y qué es mentira. Y las comparecencias son tan solo un mero teatro de sombras, como en la cueva de Platón



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