La lideresa ata su reelección en el PP de Madrid
Fiel a su propio estilo, Esperanza Aguirre, tras meses de dimes y diretes que la situaban fuera de la política madrileña, ha puesto fin a los rumores anunciando que volverá a optar a la presidencia del Partido Popular de Madrid en el próximo Congreso regional del PP que se celebrará el 27 de abril.
La lideresa, lejos de tirar la toalla como muchos vaticinaba, se sitúa de nuevo así en el centro de juego y aparca la eterna cuestión de su sucesión, cuyo eterno protagonista no era ni es otro que su mano derecha dentro y fuera del partido, Ignacio González.
El grado en que la decisión de Aguirre obedece o no a los posibles impedimentos puestos por Rajoy a una ascensión de su pupilo- es sabido que el inquilino de La Moncloa comulga poco con la opción de González- es difícil de determinar, pero de lo que no hay duda es que cierra las beligerancias que habían comenzado a desatarse en el PP madrileño entre las diferentes sensibilidades que conviven en él, véase los `rajoistas´, los `aguirristas´ y ese núcleo inquebrantable de fieles que se alinea entorno Alberto Ruiz Gallardón.
Está también por ver sí la lideresa popular pretende con este paso al frente ir sentando las bases para optar de nuevo a la presidencia de la Comunidad de Madrid en las elecciones de 2015, o sí por el contrario, un año o meses antes de los comicios, dejará el camino expedito para la llegada de González a la Real Casa de Correos.
Lo único constatable a día de hoy es que tras meses de ofrecer un perfil bajo, lo que algunos leían como una muestra de su agotamiento político y de un posible descolgamiento del nuevo PP de Mariano Rajoy, la presidenta madrileña parece querer emerger como el Ave Fénix para dar doctrina sobre su ideario liberal, repartiendo como pocos estopa a quienes en los último años han sido una de sus principales bestias negras: los sindicatos.
Recuperada, por tanto, su impronta en el debate de la política nacional, tampoco ha dejado al azar la presidenta del PP de Madrid la preparación del Congreso Regional, rodeándose de su grupo de fieles y repartiendo ficti-ficti el protagonimo del mismo entre el poder autonómico y municipal. Al frente de la Comisión organizadora, el alcalde de Las Rozas, José Ignacio Fernández Rubio, seguido por la flamante viceconsejero de Justicia (hace unos meses concejala en el Ayuntamiento de Madrid), Elena González Moñux, a los que se suman los alcaldes de Móstoles y San Sebastián de los Reyes, Daniel Ortiz y Manuel Angel Fernández, además de representantes de Pozuelo y San Fernando de Henares.
Su núcleo duro también se reparte las ponencias del cónclave, coordinadas por Javier Fernández Lasquetty y en las que están presentes desde Paloma Adrados, Borja Sarasola, Percival Manglano, Salvador Victoria, Beatriz Elorriaga o Alicia Delibes a alcaldes como Juan Soler, David Pérez y Jesús Gómez. El único guiño al Ayuntamiento de Madrid es el de Pedro Calvo-hombre de Alberto Ruiz Gallardón y uno de los pocos concejales con delegación que permanecen en el Consistorio capitalino tras la llegada de Ana Botella.
También Luís Asúa proviene del Ayuntamiento madrileño, aunque ha sido fichado recientemente por la lideresa como viceconsejero de Medio Ambiente, tras la restructuración a la que se ha visto obligada la mandataria por la marcha de algunos nombres de su equipo al Gobierno de Rajoy. Otro nombre que llama la atención es el María Eugenia Carballedo, mujer del aparato del partido- fue secretaria de Justicia del PP- y muy vinculada a Ignacio Astarloa, quien es un rajoista de pro.
Carballedo, como damnificada de Francisco Camps, fue incluida en la lista a la Asamblea de Madrid en las últimas elecciones, ejerciendo de secretaria general del grupo parlamentario del PP.
El XV Congreso regional de los populares está por tanto atado y bien atado por una Esperanza Aguirre que dice presentarse de nuevo para que el “PP no se resigne y de la batalla de las ideas”.