www.cronicamadrid.com

Tres días de Marzo; otras tantas polémicas

En plena crisis económica, con una tasa de paro que no parece que vaya a reducirse, más bien, dicen los gobernantes y los entendidos, habrá muchos miles más sólo en la Comunidad, el Gobierno presidido por Mariano Rajoy ha puesto en marcha una reforma laboral que no es querida, ni ha sido pedida, por los que la sufrirán, los trabajadores. Los sindicatos de clase por fin han hecho pública la fecha acordada para realizar una huelga general, a la que están convocados todos los ciudadanos españoles.
El 29 de marzo es el día elegido para protestar contra la reforma que empequeñece a los trabajadores para engrandecer a los patronos. La primera polémica la ponen sobre la mesa los que acusan al PSOE de estar detrás de los huelguistas, sin entender que el rechazo a su proyecto regresivo nace de la ciudadanía, que si se dejase manipular por los socialistas habría acudido en su ayuda en las pasadas elecciones.

La presidenta regional, Esperanza Aguirre, dejó claro desde el primer momento que la reforma laboral es lo que necesita España y que la huelga es querer ganar en la calla lo que les negaron las urnas. Nada tiene que ver lo que dice con la realidad de la calle y de millones de ciudadanos, pero es una frase graciosa y poco más. UPyD está en plena fase de indefinición y de comprensión hacia todos. IU lo tiene claro y apoyará las movilizaciones sindicales sin miedos ni medias palabras. El socialista Tomás Gómez rechazó las reformas pero dijo que los partidos no apoyan huelgas, como si los políticos fuesen marcianos. La siguiente polémica, con ocasión del 11 de marzo y los actos de recuerdos a las víctimas de aquel terrible atentado terrorista. Aguirre, de nuevo, carga contra los que convocaron a protestar contra la reforma laboral un día que sólo consiente un tipo de manifestaciones.

El PP y la AVT, a lo suyo, a propagar teorías marcianas sobre esos atentados y a aprovechar cualquier ocasión para aconsejar cómo llevar la etapa de cese de la violencia de ETA. Se puede uno manifestar contra todos los terrorismos y para recordar a las víctimas del 11-M y gritar contra la salvaje reforma laboral. Todo en un mismo día y sin miedo a ser señalado como herejes por los nuevos ideólogos de la ortodoxia. Y como no hay dos sin tres, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se rodeó de polémicas estériles.

El debate se centró en la no aprobación de una declaración institucional del Parlamento autonómico con ocasión del 8-M. Socialistas e IU querían un texto con críticas a la reforma laboral y al proyecto de reforma de la Ley de Aborto. Lógicamente, el PP no hizo ni caso y como dijo su portavoz, Iñigo Henríquez de Luna, los populares hicieron lo mismo que hubiese hecho la oposición si el partido que apoya a Aguirre hubiese entregado un escrito con halagos a las medidas impopulares del PP en el ámbito de las relaciones laborales.

Está claro que el PP y la oposición no tienen interés ni ganas de hacer nada más que darse caña mientras los parados siguen sin empleo y los usuarios de los servicios públicos, con una percepción de los recortes más cercana a los que harán huelga el 29-M que a los que buscan la mínima ocasión para que el 8-M o el 11-M no sean fechas de recuerdo y reivindicación y sí otra cosa.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios