Baleares, Aragón y Canarias dependerán de muchos factores y de los pactos que las dos principales fuerzas políticas logren cerrar con otros partidos más o menos minoritarios, aunque todo parece jugar a favor del PP que se vislumbra como el partido ganador de las próximas elecciones generales, un factor que sin lugar a dudas pesará a la hora de lograr alianzas de gobierno a partir del 23 de mayo.
Pero también peligran seriamente dos de las provincias más importantes en las que los socialistas mantienen una histórica hegemonía política: Sevilla y Barcelona. La posible pérdida de la capital andaluza será un negro vaticinio de lo que puede ocurrir en Andalucía cuando dentro de menos de un año – coincidiendo con las generales- se celebren allí las elecciones autonómicas. Todo apunta a que entonces, ¡por fin! , Javier Arenas cumplirá su sueño de convertirse en el primer presidente de la Junta andaluza en representación del PP. Pero también Barcelona parece ser que dejará de ser del PSC para pasar a manos del convergente Xavier Trías, otro de los eternos aspirantes.
En fin, un panorama desolador para el PSOE. La gaviota azul del PP engullirá el puño y la rosa del PSOE, siempre que las encuestas no se equivoquen, claro, que está por ver. No sería la primera vez que el CIS fracasa en sus previsiones electorales estrepitosamente.
Pero a día de hoy esto es lo que hay. Los dirigentes del PP afrontan la recta final de la de la campaña en un clima de euforia. No hay más que ver el apoteósico mitin que le montaron a Mariano Rajoy en la plaza de toros de Valencia junto a Francisco Camps, toda una prueba de que a ellos no les para ni la presunta corrupción del caso Gürtel ni nada de nada. Las urnas les indultarán de todos los 'pecadillos'. Están seguros de que ganarán por goleada gracias a la pésima opinión que los ciudadanos tienen de este Gobierno que no ha sabido sacar al país de la crisis ni frenar las alarmantes cifras de paro en estos cuatro años, lo que obligará a Zapatero a retirarse de la política 'con el rabo entre las piernas'. Ellos salvarán a España. Una situación que me trae a la memoria la conocida frase de Felipe González que en plena euforia por los buenos resultados electorales que estaba cosechando el PSOE alertó a los suyos del riesgo de “morir de éxito”.
Porque el PP no disimula que está encantado de poder convertirse en el partido que gobierne en todas las autonomías, en todas las capitales de provincias y también en España dentro de un año, al igual que le pasaría al PSOE si la situación fuera a la inversa, de eso tampoco tengo la menor duda, claro. Y si desaparecen del mapa algunos partidos minoritarios, pues no pasa nada. ¿Eso es bueno para la democracia?. Yo creo que no. Y por lo que se ve tampoco lo creen muchísimos ciudadanos, jóvenes y no tan jóvenes que han salido a la calle – mucho han tardado- acampando en las plazas de media España para clamar que están hartos, para pedir más democracia, y para exigir a los dirigentes de los partidos que les escuchen, que casiguen a sus corruptos, mientras reclaman que se cambie la ley electoral que favorece el bipartidismo, y para que recuerden que al fin y al cabo quienes les votamos somos los ciudadanos, que parecen a veces – o casi siempre- olvidarlo. Sin embargo, visto lo visto, deduzco que nuestros políticos no están entendiendo el mensaje y desde la derecha a la izquierda buscan ‘culpables’ demostrando una miopía supina. ¿Quién está detrás del movimiento?. Ellos, porque simplemente ellos son los culpables.
otras opiniones >>