Pero Manuel Pizarrro, aquel fichaje ‘estrella’ que llegó con mucho entusiasmo al PP dispuesto a “sudar la camiseta” pensando en que iban a gobernar, no ha aguantado mucho tiempo en su escaño madrileño, y al no ver colmadas las expectativas por las que se dejó engatusar para entrar en política, a finales del pasado mes de enero anunció que se iba. El empresario hizo mutis por el foro sin que Rajoy moviera un dedo para impedirlo. Se marchó sin hacer ruido, casi por la puerta de atrás, algo que, aunque a nadie le extrañó, dejó con muy mal sabor de boca a los diputados con los que Pizarro se relacionaba en el Congreso, que, por cierto, no eran muchos.
De modo que decidieron subsanar el ‘error’ y organizarle una digna despedida. La idea partió de la diputada gallega Ana Belén Vázquez, que se sentaba junto a él en el hemiciclo. Pero lo que en un principio iba a ser una ‘discreta’ comida de despedida, terminó por convertirse en un multitudinario homenaje que consiguió sorprender -y hasta emocionar- al propio Pizarro.
Porque lo cierto es que a la iniciativa de la gallega se habían apuntado algo más de una docena de diputados, algunos de ellos pertenecientes a ese llamado ‘sector crítico’, como Ana Torme y Cayetana Álvarez de Toledo, así como algunos ex ratistas como Vicente Martínez Pujalte o Ramón Aguirre, que conocen al empresario desde hace tiempo. Pero la iniciativa corrió de boca en boca por la bancada del grupo y, lógicamente, llegó hasta oídos de la portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, que no dudó en anunciar que asistiría con su inseparable ‘número dos’, José Luis Ayllón. En cuanto se supo que iba la ‘jefa’, la lista de ‘amigos’ de Pizarro aumentó espectacularmente. Al final, setenta parlamentarios del PP compartieron mesa y mantel con el empresario, que al ver a tantos antiguos compañeros congregados en el local, un conocido restaurante vasco cercano al Congreso, exclamó, “¡la Virgen del Pilar!”. Rajoy, prudentemente, no acudió a la comida. El gesto habría quedado forzado.
A los postres, el ya ex diputado agradeció el detalle y el regalo que le hicieron – una lámina de la fachada principal del Congreso firmada por todos los asistentes- mientras hacía repaso a su trayectoria de estos últimos años, sin olvidar el duro momento que pasó durante el episodio de la OPA sobre Endesa, y su efímero paso por la política, sin deslizar el más mínimo reproche a Rajoy entre líneas.
También Sáenz de Santamaría tuvo unas palabras de cariño hacia su persona destacando de él su discreción, su lealtad al partido, y el hecho de que siempre se haya comportado “como un señor”.
Claro, que como para todo hay dos versiones, hay diputados que discrepan y cuentan que Don Manuel se las traía, que tenía un genio endiablado y que en más de una ocasión, al verse relegado a un segundo plano en algunos actos de campaña, se negaba a ir y les dejaba plantados con muchas ínfulas.
Pero, ¿se retira realmente Pizarro?. Todo apunta a que no, a que volveremos a verle salir de nuevo a la palestra. A sus 58 años todavía le queda mucho carrete. Descansará un tiempo, pero volveremos a tener noticias suyas, seguro. De momento Esperanza Aguirre, ya le ha repescado para presidir el consejo social de la Universidad Autónoma madrileña. La lideresa, vaticinan en su entorno, sabrá ‘recompensarle’ de los agravios que le han hecho en Génova. Ella nunca olvida.
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